Por Carlos E. Viana.-

PJ y cía.: ¿Antidespidos o Proteger a los Jorge Antonio de Cristina?

“Del principio de la democracia: …en un estado popular es necesario un resorte más: la virtud”. Montesquieu.

Ante todo, debo aclarar que lo dicho más abajo, no alcanza a dirigentes peronistas como Massa, Lavagna, Pignanelli y otros que, aunque no comparta algunas de sus posiciones históricas, los respeto. Salvado el honor de estos caballeros, paso a opinar sobre una aparentemente incomprensible iniciativa de la bancada del PJ.

Nadie entiende muy bien el proyecto de ley del PJ contra despidos, que ya ha fracasado y que, además, crearía más desempleo, menos inversión y más atraso. El mismo Senador Pichetto, jefe de la bancada peronista en el senado, había declarado que la misma ya no había resultado cuando la promulgó Duhalde.

Muchas Pymes no podrán soportar esta medida y, si quiebran, sus empleados no sólo perderán sus trabajos, sino hasta su indemnización. Ellos saben muy bien que esta medida trabará la política de inversiones del gobierno nacional, que hasta ahora apoyaban los senadores que responden a los gobernadores del PJ, quienes sufrirían en sus pueblos la aprobación de esta medida antidespido. ¿Sólo oposición salvaje? No lo creo. ¿Entonces qué?

¿Cuál es la explicación?

Jorge Asís, unos de los dirigentes peronistas que yo consideraba honesto, ahora una gran decepción, dijo que había que darle un “corte” a las investigaciones. Que había que investigar a Báez, pero cortar las cosas ahí. Deslizó que, ademá,s investigarla a la dudosa doctora sería contra la política y una actitud gorila.

En lo de gorila tiene razón. Es más, después del pasado gobierno, me he transformado en King Kong, porque una de las finalidades fracasadas de la Revolución Libertadora fue eliminar la corrupción desconocida hasta la etapa de la segunda tiranía, uno de cuyos personajes relevantes era el empresario Jorge Antonio, el Báez de Perón. Aunque en aquellos tiempos no fue el General quien le falló a Jorge Antonio, sino éste a su protector.

Habría una gran preocupación en los bloques del PJ porque las investigaciones los alcancen, sobre todo en cuanto al desprestigio que el destape de la corrupción kirchnerista montonera tiene para los votos futuros del peronismo.

La explosión de casos de corrupción política complica a los gobernadores del PJ y especialmente en cuanto a su futuro electoral.

Ellos no pueden oponerse a la ola de indignación popular contra quienes nos robaron impunemente, especialmente a los pobres, porque el kirchnerismo superó a Maquiavelo, quien decía cómo robarles a los ricos. Los discípulos de Néstor y Cristina lo superaron al florentino: descubrieron cómo robarles a los pobres. Pero cualquier medida del PJ para frenar a la justicia sería un costo enorme para ellos, mucho mayor que la detención de las investigaciones.

En consecuencia, ensayan una táctica oblicua. Ponen una piedra importante para la recuperación económica, supuestamente favorable para los sectores populares. El precio para que no avance este proyecto de ley es suspender las investigaciones, pararlas en Báez y unos corruptos más, con el sacrificio de éstos, como Ricardo III hace en la famosa tragedia de Shakespeare: les sueltan la mano a los delincuentes que ellos mismos mandaron. No toquen a la supuesta “doctora”, madre y maestra de la corrupción junto a su marido, sobre quien todavía no sabemos cómo murió.

El Presidente no debe transar

El Presidente no debe negociar, porque es el representante de una revolución moral, que era hora que exigiera el pueblo argentino. Por otra parte, la filosofía de los dirigentes del PJ es que el Poder Judicial depende del Ejecutivo. En consecuencia, si Macri lo quisiera, podría presionar a los jueces para que pusieran un límite a las investigaciones que afectan al peronismo.

Si el Presidente lo quisiera, podría hacerlo, porque esa invención de Raúl Alfonsín, con la anuencia de Carlos S. Menem, que fue el Consejo de la Magistratura, fue para establecer el control del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial. Alfonsín estuvo muy preocupado por la “judicialización de la política”, pero impulsó la politización de la justicia.

Esta desvalorización de la independencia del Poder Judicial está instalada en la mentalidad autoritaria del peronismo y por eso lo presiona al Presidente para que le dé un corte a la investigación sobre la ultra-megacorrupción del kirchnerismo.

“Justicia” Federal, vergüenza nacional

Vale aclarar, como lo hicimos anteriormente con algunos dirigentes peronistas, que también hay jueces y fiscales honestos e intrépidos. Lamentablemente, no abunda esta especie en nuestra injusticia federal.

El “juez” Casanello declaró que el “tiempo es relativo”, aunque nada tiene que ver con la teoría de la relatividad especial de Einstein. En realidad, demorar 18 días allanamientos vitales que afectan a CFK, más que una “demora relativa” es una inmoralidad y un mal desempeño de la función pública, que lo hace sospechoso de integrar la asociación ilícita gubernamental que gobernó a la Nación en los últimos doce años. Esto ha sido superado sólo por la lección de “lectura veloz” que nos dio el “juez” Rafecas, cuando desestimó la denuncia del Fiscal Nisman contra Cristina Kirchner por el encubrimiento de atentado a la AMIA, y de la Justicia Federal, que no tomó de oficio el caso del asesinato de Nisman, un fiscal valiente, cuando la principal sospechosa como autora ideológica es la ex presidente.

Quien sí tiene a la “vergüenza nacional” bajo control es la prensa, porque ahora hay libertad de prensa, contrariamente a lo ocurrido con esta llamada democracia, que no tenía esta condición esencial para una república.

El PJ debe reaccionar

Es preocupante que el PJ no advierta que es necesaria su moralización, porque para que haya una democracia, debe haber no sólo un partido democrático, sino un sistema de partidos democráticos. Por ello es necesario que se democraticen, que eliminen su tradición de verticalidad y obtengan un liderazgo colegiado, y esto implica una moralización patriótica.

Al principio de este nuevo gobierno, el PJ mostró una actitud negociadora para sustraer a la Nación del grave problema del incumplimiento del fallo de la Justicia de Nueva York, ante la cual habían rendido la soberanía nacional Néstor y Cristina Kirchner.

Lamentablemente los últimos sucesos están apartando al PJ del camino de la democratización; una, con esta actitud para detener la justicia contra la corrupción, y la otra, si llegan a consagrar a Gioja como presidente del partido. Gioja, quien fue un enriquecido dictador de San Juan, donde reprimió y persiguió a la oposición. Y no nos olvidemos cuando declaró, como sumiso diputado kirchnerista, estar orgulloso de haber pertenecido a la “gloriosa” Juventud Peronista, rama política de Montoneros, quienes habían asesinado a su compañero Rucci.

¿Si el peronismo sigue por este camino, a quién le van a dejar la oposición?

Massa es una alternativa, pero se corre el riesgo de aterrizar en el narcosocialismo o en izquierda unida y entonces la evolución hacia nuestra no alcanzada democracia sufriría otro barquinazo, porque sin virtud no hay democracia.

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