Por Hernán Andrés Kruse.-

El escándalo protagonizado por José López, segundo del ex ministro Julio de Vido, explotó en las propias manos del kirchnerismo, provocándole graves heridas. López era un viejo conocido del ex presidente Néstor Kirchner y hombre cercano a uno de los pocos funcionarios que trabajó durante los doce años y medio de kirchnerismo. No se trata, por ende, de un cuatro de copas, de un perejil. El kirchnerismo ha quedado en estado de shock y lo que está tratando de hacer a partir de ahora es no quedar pegado a un ex funcionario cuyo apellido le provoca escozor y desasosiego. La cuestión es sumamente grave porque de lo que se trata es cómo va a encarar el problema el kirchnerismo para sobrevivir como fuerza política. Cabe reconocer que el kirchnerismo ha dado sobradas muestras de recuperación política. En julio de 2008 el voto no positivo de Julio Cleto Cobos estuvo a punto de forzar la renuncia de Cristina Kirchner. En junio de 2009 Francisco de Narváez le ganó al mismísimo Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires provocando un duro cimbronazo político al gobierno nacional. El 27 de octubre de 2010 falleció repentinamente el ex presidente de la nación en el sur patagónico, lo que obligó a Cristina a hacerse efectivamente cargo de la presidencia en una situación social y económica harto complicada. En 2013 Sergio Massa ganó en provincia de Buenos Aires y dos años más tarde Daniel Scioli perdió el ballotage, dos derrotas muy duras para el kirchnerismo. Sin embargo, el kirchnerismo siempre se levantó, siempre resurgió entre las cenizas. Su capacidad para hacer frente a la adversidad es realmente encomiable y no hay por qué dudar que la siga manteniendo ahora, cuando está en la oposición. De manera pues que yerra quien tenga la intención de extenderle el certificado de defunción política, palpable manifestación de una expresión de deseos que de una corroboración empírica.

El kirchnerismo está herido y está tratando de curarse lo más rápido posible. Pero para que la cicatrización se produzca lo más rápido posible es vital que resuelva qué hacer con José López. La primera reacción del kirchnerismo fue de manual: despegarse de López. El lunes 20 el bloque del Frente para la Victoria-PJ en el Parlasur decidió separar del bloque al ex Secretario de Obras Públicas de Julio de Vido, “sorprendido” hace unos días en plena madrugada con casi nueve millones de dólares tratando de ingresar a un monasterio situado en la localidad bonaerense de General Rodríguez. El ex ministro de Defensa y actual legislador del Parlasur, Agustín Rossi, consideró que un acontecimiento de semejante envergadura institucional no admitía otro tratamiento. En un comunicado, los miembros del FPV del Parlasur expresaron: “Exigimos el rápido accionar de la justicia, que con independencia y celeridad, debe esclarecer éste y todos los hechos de corrupción que están siendo investigados”. “El bloque FPV-PJ del Parlamento del Mercosur decidió por unanimidad la expulsión de José Francisco López del bloque, a raíz de su detención en ocasión de ser sorprendido cometiendo un flagrante delito de corrupción”. “La lucha contra la corrupción no es monopolio de ninguna fuerza política y como tal no debe ser tolerada bajo ninguna circunstancia. El desvío deshonesto de recursos públicos degrada las instituciones y la actividad política en general, por lo que condenamos cualquier acción en ese sentido”. Por su parte, Alejandro Karlen, parlamentario por Corrientes, consideró que López “es pasible de la aplicación de los artículos 29 y 30 del reglamento del parlamento del Mercosur, a través de los cuales se lo puede remover por falta de decoro” (…) “el artículo 30 señala que el plenario, por mayoría especial, podrá amonestar a cualquier parlamentario o parlamentaria o excluirlo de su seno, por falta de decoro en el ejercicio de sus funciones” (fuente: Página 12).

En 1972 aquel gran campeón del mundo que fue Carlos Monzón protagonizó con el norteamericano Briscoe una pelea memorable. El púgil del norte resultó un hueso duro de roer para el gran campeón, a tal punto que promediando el combate le propinó un duro derechazo en la cara que lo tuvo al borde del knockout. Faltaban pocos segundos para que terminara el round y Monzón sólo atinó a tirarse contra las cuerdas y trabarle los brazos a Briscoe, que iba en la búsqueda del knockout definitivo. Lo único que pretendía el campeón era que terminara el round para recuperarse. El kirchnerismo está en una situación parecida, hablando en términos boxísticos. Acaba de recibir una feroz trompada en la mandíbula y está haciendo lo que puede por mantenerse en pie. La expulsión de López del Parlasur forma parte de esa estrategia de supervivencia política. Por supuesto que muchos se deben hacer por estas horas las mismas preguntas: ¿recién ahora el kirchnerismo reacciona frente a un caso de corrupción?; ¿realmente los dirigentes kirchneristas no sabían quién es López y recién ahora descubren que es un delincuente? Agustín Rossi asegura que la ex presidente no tiene nada que ver: “Pongo las manos en el fuego por Cristina”, acaba de exclamar. La gran pregunta es: ¿podía desconocer Cristina, en su carácter de presidente de la nación, lo que pasaba cerca suyo? Porque De Vido fue un hombre de extrema confianza de Néstor Kirchner y Cristina, al ser esposa de Néstor, no podía desconocer quién es Julio de Vido. En consecuencia, tampoco podía no saber quién es José Francisco López. Como este ex funcionario fue descubierto con una fortuna en sus manos, fácil es deducir que se trata de dinero mal habido. Ahora bien ¿sabía De Vido que su segundo tenía en su poder semejante suma de dinero? ¿Podía Cristina ignorar, en su carácter de presidente, esa montaña de dólares en manos de López? Estas preguntas deben ser respondidas por la Justicia, para ser más precisos, por los jueces de la nación. Si López y quien fuera son encontrados culpables, que reciban el condigno castigo. Pero por favor, que sea a través de un proceso justo que permita a los acusados defenderse como corresponde y a la parte acusadora ejercer su función pero con las pruebas correspondientes. Porque los argentinos tenemos la pésima costumbre de juzgar a alguien porque la televisión lo encontró culpable, al margen de si existen o no las pruebas correspondientes.

Imprevistamente, José López no solo no fue expulsado del Parlasur sino que ni siquiera fue suspendido. El consenso que había previamente entre el Frente para la Victoria, Cambiemos y UNA respecto a la expulsión de López, naufragó por la sorpresiva decisión del bloque del PRO de bloquear la salida del polémico ex funcionario kirchnerista. Mariana Zuvic, Claudio Romero y Fabián Rodríguez Simón terminaron por abstenerse en la votación final. Igual decisión tomaron los legisladores pertenecientes al bloque de “Integración Democrática”, un rejunte de legisladores de derecha de todo el continente. De esa forma, el Parlasur no logró reunir el número suficiente de votos para expulsar a López de sus filas. De los 95 diputados presentes, únicamente 82 votaron por la afirmativa, 8 diputados menos de los necesarios para convalidar la expulsión de López. Luego de la sesión, la diputada Zuvic expresó que la abstención se debió a la “falta de quórum”. Jorge Taiana, quien presidió la sesión, manifestó que “con un tecnicismo, Cambiemos buscó frustrar una clara señal política del Parlasur contra la corrupción”. Los legisladores se basaron el artículo 30 del reglamento del Parlasur para proceder a la expulsión de López. En base a ese artículo, que permite a los miembros del Parlasur tratar la expulsión de un miembro “por falta de decoro en el ejercicio de sus funciones”, la diputada Zuvic presentó un proyecto en el que califica el arresto de López como “una conducta escandalosa generada por una definida indignidad e inhabilidad moral”. La iniciativa de Zuvic contó con el apoyo inmediato de Taiana y Rossi, lo que permitió al Parlasur dar los primeros pasos hacia la expulsión de López. Previo al plenario del martes 21, estaban dadas todas las condiciones para que se procediera a echar a López del Parlasur. La mayoría especial requerida (dos tercios) para una decisión de esa índole estaba asegurada. Sin embargo, algo pasó porque Zuvic, Romero, Rodríguez Simón y los legisladores de Integración Democrática se abstuvieron. “Hoy no había quórum”, justificó Zuvic. “Ellos, sabiendo que no había quórum pidieron la expulsión de López, para demostrar una supuesta iniciativa. Hicieron un show mediático para transmitir que querían expulsar a López. Advirtiendo esto, nos abstuvimos”. Taiana retrucó acusando al macrismo de pretender desprestigiar al Parlasur y consideró que la abstención de sus legisladores forma parte de una estrategia de ataque permanente al Mercosur. “Es sorprendente lo de Zuvic”, bramó, “ella había presentado el pedido de expulsión pero hoy cambió”. Para Taiana la posibilidad de remover a un miembro “es una decisión política de un parlamento que puede suspender o expulsar a sus miembros contando con los dos tercios de los diputados, y la conducta de López fue claramente receptora de una sanción como la que promovemos”. ¿Por qué el gobierno nacional ordenó a sus diputados bloquear la expulsión de López? Es probable que lo que pretenda Macri sea que la herida que le ha ocasionado López al kirchnerismo continúe abierta. Así lo entiende Agustín Rossi, quien además acusó a Zuvic de ser la cabeza visible de una “fuerza paraestatal”, cuya jefa sería Carrió, para hacer una caza de kirchneristas. Dijo Rossi: “¿Quién es Zuvic para investigarme? ¿Quién apoya sus investigaciones? ¿El servicio de inteligencia? ¿Se está construyendo en Argentina una fuerza paraestatal como en los setenta, comandado por dirigentes políticos entre los que está Zuvic y Carrió, con apoyo de servicios de inteligencia?” (…) “Hoy podríamos haber dado un ejemplo y tener a José López afuera del cuerpo, pero por la mezquindad del PRO no pudimos hacerlo”. Por su parte, Gil Lozano expresó que “hay una intención de partidizar la corrupción. Para el PRO la corrupción es sólo del kirchnerismo. Pero, los delincuentes no estaban sólo en el kirchnerismo, sino que también los tiene el PRO. Es muy contradictorio” (fuente: Página 12, informe de Matías Ferrari).

Evidentemente que desde el gobierno nacional se pretende hacer creer a la población que sólo hay corrupción en el kirchnerismo, que sólo los kirchneristas roban. Lo que pretende Macri es conservar y consolidar la antinomia macrismo-kirchnerismo que tan buenos resultados le dio el año pasado. La abstención de los diputados del PRO en el Parlasur obliga al bloque del FPV a continuar “conviviendo” con el ahora indeseado López, con el consiguiente costo político para una fuerza política que viene golpeada desde que perdió el ballotage el 22 de noviembre pasado.

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