Por Malú Kikuchi.-

Desde el 2007 hasta el 2013, un INDEC mentiroso, dibujó el número de pobres en Argentina. La última información fue del 4,7%, mientras el índice del congreso lo daba en el 26%, y Moyano desde la CGT no oficial, hablaba de un 29%.

El 26/3/2015, preguntado el ministro Axel Kicillof por el número de pobres que había en el país, contestó: “Yo no tengo el número de pobres, me parece una medida bastante estigmatizante”.

Estigmatizar, de acuerdo al diccionario, “1) ofender la fama, el honor o la dignidad de una persona, 2) marcar a alguien con hierro candente”. Se dice de las heridas infligidas a Cristo en la cruz, llamadas “estigmas”.

El Barómetro Social de la Iglesia de la Pontificia Universidad Católica Argentina, UCA, una vez más, visibiliza los estigmas de Argentina. No estigmatiza a los pobres, los visibiliza, mostrando las heridas candentes que muestra hoy el país.

Ya lo había hecho hace dos meses con el número total de pobres en Argentina, que de acuerdo a la medición era del 28,7%, muy lejano al 5% que declamaba ante la FAO la presidente. Fue cuando Aníbal F. dijo alegremente que teníamos menos pobres que Alemania.

Ahora la UCA, que no estigmatiza de ninguna manera a nadie, dice que los chicos, los argentinos de 0 a 17 años, son más pobres que lo que las encuestas generales describen, ya que son más vulnerables que los mayores que componen sus familias.

La pobreza de esta franja etaria asciende al 40,4%. Hay que recordar que en 2011, esa medición daba el 34,4%. O sea que en los últimos 4 años, la pobreza entre las personas más vulnerables de la población, creció un 6%. ¡Eso prueba la década ganada!

Estamos hablando de 4.900.000 chicos y adolescentes. Son muchos, demasiados. De esa cantidad 1.100.000 son indigentes, viven con menos de $851 por mes, y comprenden un 9,5% del total.

El 26,2% es pobre, o sea 3.200.000 chicos que no tienen todas sus necesidades básicas cubiertas. Las diferencias en la suma de indigentes y pobres se explican por los indocumentados. Que se calculan sin datos absolutos.

La Asignación Universal por Hijo, AUH (que no es universal), alcanza al 30,9% de menores de 18 años. No llega a un 22% de chicos, con toda probabilidad indocumentados. O sea que esos chicos no existen. Se los puede violar, abusar, hacer trabajar, esclavizar, asesinar, no existen. Nadie reclama por lo que no existe.

Creíamos tener un país civilizado. No es cierto. Un país con chicos que no existen pero si existen, que son personas, no es un país civilizado, está lejos de serlo. Y estos chicos están sumergidos en una extrema marginalidad. El gobierno distraído, mira otro canal.

El resumen de déficit de los derechos vulnerados de estos chicos, que deberían ser nuestro futuro, está en: 1) Alimentación, mala en el 21,5%. 2) Salubridad, ambiente de malo a precario, el 43,3%. 3) Vivienda, viven hacinados, lo que a la larga incide en la moral, el19, 9%. 4) Salud, sin cobertura de ninguna clase, el 48,1%.

5) Sin estimulación, no hay libros infantiles, ni los padres o parientes se ocupan de enseñarles algo que tenga que ver con la estimulación intelectual del chico. 6) Educación, el 20,2% no asiste. ¿El gobierno no se ha enterado de la ley 1420 de 1874 que dice que la educación es OBLIGATORIA y gratuita? 7) Información, el 45% de los chicos no tienen internet.

Estigmatizar a los pobres es mantener al 40,4% de los chicos y adolescentes prácticamente en estado de abandono. Estigmatizar es construir una ancha brecha entre chicos que pueden estudiar, alimentarse, estar sanos, estimulados, limpios y educados y que 4 de cada 10 chicos argentinos, viva en las condiciones contrarias.

Es absolutamente injusto. Es abominable. Con la plata de fútbol para todos, más los millones inmorales que pierde Aerolíneas Argentinos por impericia, mal manejo y corrupción, todos estos chicos podrían tener una vida digna y la ilusión de mejorarla.

Estigmatizar es esconder a los pobres, a los chicos en situación de pobreza, de indigencia y de total marginalidad. Estigmatizar, ministro Kicillof y todos los que componen el poder ejecutivo, es haber llegado al punto de pobreza al que hemos llegado.

La Patria no está acostumbrada a demandar, ojalá empiece a hacerlo, pero esperemos que Dios, fuente de toda razón y justicia, demande. En nombre de cada chico, en nombre de cada adolescente a los que se les están robando el futuro.

Share