Por Hernán Andrés Kruse.-

¡Cómo olvidar al “dream team” que presentó el básquetbol norteamericano en Barcelona 92! Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Charles Barkley y Patrick Ewing conformaron un quinteto considerado por los especialistas como lo más fabuloso que dio ese deporte en toda su historia. A partir de entonces se popularizó la expresión “dream team” para designar a los equipos de excelencia en todo tipo de actividad.

Es probable que el presidente de la nación haya tenido en mente esta expresión al destacar al comienzo de su gestión que sus colaboradores conformaban el mejor equipo de gobierno de los últimos 50 años, una suerte de “dream team” de la política nacional. Lamentablemente, en ocho meses de gestión los resultados obtenidos por el gobierno lejos están de haber colmado las expectativas de la sociedad y, seguramente, las del propio presidente de la nación. En su edición del domingo 24 de julio Página 12 publicó un artículo de Alfredo Zaiat titulado “El mejor equipo”, en el que señala que el saldo de gestión de gobierno en estos primeros 8 meses es negativo en las principales variables económica, social y laboral. Los resultados obtenidos hasta ahora por el mejor equipo de gobierno del último medio siglo son los siguientes: a) aumento incesante de la inflación (hubo una duplicación de la tasa anual); b) los desaciertos registrados en la aplicación del tarifazo; c) el frente fiscal es un verdadero tembladeral; d) aumento de la pobreza e indigencia; e) ingreso indiscriminado de bienes de consumo final con el consiguiente perjuicio para la industria nacional; f) inestabilidad financiera y cambiaria a raíz de la errática manipulación de la tasa de interés y la cotización del dólar; g) escasos dólares disponibles y reservas infladas con deudas; h) el aumento de las tarifas no hizo disminuir los subsidios a los servicios públicos; i) escasa confiabilidad de los nuevos índices de precios del Indec; j) increíble subejecución presupuestaria del gasto público en determinadas áreas clave; k) notoria caída del nivel de actividad. Cuando el presidente presentó a su equipo de colaboradores seguramente no previó que a esta altura del año las principales variables económicas evolucionarían de esta manera. El famoso segundo semestre no tuvo el comienzo esperado y todo parece indicar que la población deberá esperar hasta el año que viene para respirar un mejor clima económico.

Poniendo en práctica una hábil estrategia comunicacional todo funcionario, incluido el propio presidente, que cometía un error reaccionaba de inmediato reconociéndolo. La impactante frase “estamos aprendiendo”, pronunciada nada más y nada menos que por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, pone en evidencia la decisión tomada por el gobierno de presentarse ante la población como un equipo de hombres y mujeres que son capaces de rectificarse cuando yerran, que demuestran ser humildes. De esa forma el gobierno intenta marcar claras diferencias con el gobierno anterior, cuya titular, Cristina Kirchner, cada vez que hacía uso de la cadena nacional brindaba la imagen de una persona sabelotodo y soberbia. El poderoso blindaje mediático ha logrado que la sociedad termine naturalizando la sucesión de errores cometidos, justificándola enarbolando la bandera de la “pesada herencia”. De esa forma, el gobierno encubre su verdadera esencia: la necesidad genética de provocar gigantescas transferencias de recursos de amplios sectores de la sociedad hacia los sectores económicos concentrados. Zaiat cita el libro “La era de los managers” de Florencia Luci, en el que efectúa un pormenorizado análisis del mundo de los gerentes y CEOs del país. Según la autora el reconocer el error cometido y prometer enmendarlo constituye una práctica habitual dentro de las empresas, una común evaluación exigida en un mundo en el que se considera elogiable la capacidad de reconocer una equivocación y exponerla, para luego demostrar la preparación necesaria para subsanarla. Ahora bien ¿la estrategia de pedir disculpas por errores de gestión es válida para el mundo de la política? El primero en aplicarla ha sido Mauricio Macri: hasta el momento ha pedido disculpas por el descubrimiento de cuentas en el exterior, por aparecer su nombre en el directorio de empresas offshore, por el diseño del tarifazo, por el gasto público y por los despidos, tanto en el ámbito público como en el privado. Claro que no es lo mismo manejar una empresa transnacional que un país. En el primer caso basta con disculparse ante la asamblea de accionistas; en el segundo, el problema es mucho más serio ya que una decisión errónea afecta a millones de personas.

En la parte final de su artículo Zaiat evalúa la performance de 8 de los más relevantes funcionarios del gobierno de Mauricio Macri. a) Juan José Aranguren: el tarifazo demostró la impericia e insensibilidad social del funcionario, quien además ocultó la transferencia de importantes cantidades de ingresos. No es cierto que, según lo expresó el presidente, el reconocimiento del error cometido en la aplicación por etapas del tarifazo de gas haya sido una falla de comunicación, sino una decisión política perfectamente planeada para garantizar la entrega de 3000 a 4000 millones de dólares a las petroleras gasíferas. b) Alfonso Prat-Gay: durante la campaña electoral el por entonces candidato a manejar las finanzas del país aseguraba que estaba en condiciones de domar el potro inflacionario en no más de medio año. Hoy, en pleno invierno, la tasa anula de inflación se ha duplicado y las fuentes de tensión inflacionarias están vivitas y coleando a pesar del clima recesivo reinante y el fuerte aumento de la importación de bienes de consumo final. Por si ello no resultara suficiente, cabe mencionar la caída de la recaudación y la pérdida de ingresos producida por la disminución y eliminación de impuestos. Uno de los cantos de batalla de Cambiemos durante la campaña electoral fue la eliminación de los subsidios. Pues bien, los tan demonizados subsidios lejos estuvieron de disminuir durante los primeros 8 meses de gobierno macrista. Según la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública) hasta junio los subsidios habían totalizado 113 mil millones de pesos. c) Federico Sturzenegger: En relación con la tasa de interés, comenzó incrementándola, luego la hizo descender y finalmente la volvió a subir a niveles que para el sector productivo resultaron insoportables. Afirmó que el valor del tipo de cambio lo tiene sin cuidado. Sin embargo, cada vez que el dólar roza los 16 pesos, comienza a temblar. Tampoco se ha privado de alentar la fuga de capitales liberalizando la plaza cambiaria y debilitando la cantidad de reservas existentes en el Central. d) Rogelio Frigerio: en siete meses de gestión apenas desembolsó un cuarto del total de lo presupuestado para la obra pública cuando, en virtud de lo dispuesto por la Secretaría de Hacienda, a esta altura debería haber desembolsado al menos la mitad del presupuesto. Lo notable es que el gobierno está gastando más de lo presupuestado en la cuenta del pago de servicios de la deuda pública. e) Jorge Todesca: al comienzo de su gestión no tuvo mejor idea que desplazar del organismo a Graciela Bevacqua por haber tenido el tupé de cuestionar la metodología y los tiempos para renovar seriamente el Índice de Precios al Consumidor. Además, autorizó un inédito apagón estadístico público, con lo cual no hizo más que emular a Guillermo Moreno. f) Francisco Cabrera y Miguel Braun: el Ministerio de Producción y la Secretaría de Comercio abrieron las compuertas para el ingreso masivo de importaciones en una fase recesiva de la economía nacional. g) Jorge Triaca: desde que asumió Mauricio Macri los despidos públicos y privados ascienden a 160.000, ante la incomprensible pasividad del ministro de Trabajo quien supuestamente está en el cargo para defender los derechos de los trabajadores. El mejor equipo de los últimos 50 años no es tal, a tenor de lo expuesto precedentemente. Si a ocho meses de haber asumido el gobierno ha sido incapaz de detener el crecimiento de la pobreza e indigencia, salta a la vista la escasa eficiencia de sus ministros a la hora de tomar las mejores decisiones. Para colmo, no se avizora en el horizonte una mejora porque pareciera que el gobierno ha depositado su suerte futura al éxito del blanqueo de capitales. Increíble pero real.

A propósito del blanqueo, el artículo 86 de la ley de blanqueo estipula que la AFIP estará “dispensada-es decir, eximida de obligación-de formular denuncia penal respecto de los delitos previstos en las leyes 23.771 (Ley Penal Tributaria y Previsional) y 24.769 (Régimen Penal Tributario) y sus modificaciones”, en relación con las personas o empresas que acepten ingresar al régimen de regularización. Las normas mencionadas establecen penas de hasta seis años para los delitos de evasión simple, pero si se trata de delitos de evasión agravada la pena es más grave: nueve años. Además, la ley dispensa al Banco Central de tener obligatoriamente que sustanciar los sumarios penales cambiarios y formular denuncia penal correspondiente a los delitos previstos en la ley 19.359 (Régimen Penal Cambiario) y sus modificaciones. Horacio Rovelli (economista de Eppa) publicó un artículo en el semanario Trabajo&Economía (publicación de la Secretaría de Políticas Económicas y Sociales de la CGT y del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos), en el que señala que el blanqueo “obviamente no persigue un fin fiscal, ni tampoco que ingresen dólares al país, porque (quienes adhieran) pueden declarar esos capitales y no ingresarlos. Sino, fundamentalmente, (se pretende) tranquilizar la situación impositiva de los grandes evasores”. Vale decir que el blanqueo puede ser exitoso si se tiene en consideración a quienes se acogen a sus beneficios, pero no tanto si se lo analiza en términos recaudatorios ya que quienes participan del blanqueo son liberados de toda acción civil, comercial, penal tributaria, penal cambiaria, aduanera e infracciones administrativas. “Esa liberación”, enfatiza Rovelli, “equivale a la extinción de la acción penal, en los términos del Código Penal”. Como bien lo reconoció el presidente “no tenemos que escondernos más”. Otro especialista señaló que el artículo 86 “borra toda posibilidad de investigar los delitos financieros de la fecha de este blanqueo para atrás, inclusive de operaciones que podrían haber posicionado en situación dominante a determinadas empresas en función de la estafa consumada contra el Estado y la sociedad; es decir, obtuvieron ventajas impositivas en su momento pero aún podrían estar beneficiándose en términos económicos”. Si bien el artículo 86 obliga a la AFIP a informar sobre los bienes y operaciones de personas o empresas que decidan regularizar siempre que esa información sea requerida por la UIF (Unidad de Información Financiera), en función de los términos de la ley de Encubrimiento y Lavado de Activos, las actuales autoridades de la AFIP han anunciado su escasa predisposición en investigar el origen de los fondos que ingresen al blanqueo. Los narcos y los evasores, agradecidos (fuente: Raúl Dellatorre: “Regularizados e intocables”, Página 12, 24/7/016).

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