Por Guillermo Cherashny.-

La votación favorable del allanamiento a Julio de Vido y los 192 sufragios por la ley del arrepentido fueron un golpe durísimo al cristinismo ayer en el congreso. Simultáneamente, el escándalo santacruceño en la legislatura provincial arrojó más leña al fuego.

En efecto, los diputados radicales que responden al matrimonio Costa-Zuvic arrugaron en la sesión, que terminó con represión a los gremios estatales que presionaron para que no hubiera sesión, pese a lo cual los cristinistas sesionaron igual, aprobando el endeudamiento por 10.000 millones de pesos, aunque esa aprobación es de dudosa legalidad, ya que no alcanzó el número necesario.

Ayer, a nivel nacional, abandonaron el bloque del FpV los diputados del Movimiento Evita, quienes tienen una muy buena relación con Carolina Stanley, la ministra de Acción Social. Y se esperan más deserciones para la semana que viene, cuando habrá una reunión del Concejo Nacional del Partido Justicialista, y Gioja y Scioli quieren modificar los bloques de diputados y senadores e inclusive abandonar el nombre del FpV y volver a insistir en que Massa, De la Sota y Randazzo se incorporen nuevamente. Pero ninguno de los tres quiere saber nada con el PJ, que sigue en extrema debilidad porque, pese a todo, la ex presidente mantiene una intención de voto entre el 10 y 20%, quizás más cerca de un dígito de votos y, si Massa, De la Sota y Randazzo no se suman, son una cáscara vacía que favorece al gobierno de Cambiemos, que pasa por su mejor momento político, aunque económicamente todavía no encontró el rumbo.

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