Por Hernán Andrés Kruse.-

La expresidente de la nación recibió en su casa en El Calafate a un grupo de periodistas de medios internacionales, con quienes analizó la situación económica y política del país, y aseguró que la tiene sin cuidado la persecución judicial de la que dice ser víctima.

Consultada sobre lo que sucede en la Argentina a 8 meses de haber dejado el gobierno, expresó lo siguiente: “En la Argentina veo un retroceso muy importante porque los logros que habíamos obtenido eran realmente formidables. Más allá de ese discurso de la pesada herencia, los números son objetivos: al 10 de diciembre del año pasado la Argentina había alcanzado el menor nivel de endeudamiento externo en moneda extranjera de toda su historia. Lo curioso es que el gobierno surgido en 2003 fue el que había recibido el país con el mayor default de deuda soberana del mundo: 160.000 millones de dólares. A eso se le suman dos dígitos de desocupación, 54 por ciento de pobreza, 46 por ciento de indigencia, un índice de Gini que andaba por el 5 por ciento. No había paritarias en el país, los jubilados cobraban 200 pesos y terminamos un 9 de diciembre con el nivel de endeudamiento más bajo de toda la historia, que le permite al actual gobierno y a los actuales gobiernos provinciales tomar deuda, un tipo de endeudamiento sobre el cual no tengo buen pronóstico. Los trabajadores argentinos habían logrado el salario con mayor poder adquisitivo de toda la región comparado en dólares” (…) “Ninguna paritaria en la Argentina durante los 12 años y medio de gestión se cerró por debajo de la inflación, por eso había poder adquisitivo. Eso habla de una política de un gobierno que había concebido al salario no como un precio de la economía sino como un efecto dinamizador y organizador de la economía a través del consumo .Ahora las paritarias se cerraron todas por la mitad o menos de la inflación. En todo el mundo ha bajado el consumo producto de la crisis que no se resuelve, producto de que sigue habiendo, y cada vez más, una mayor desigualdad en la distribución de los ingresos que se extiende como una mancha de aceite en todo el planeta. Con una política comercial de libre importación como la que tenemos hoy, ese excedente mundial lo volvemos a ver en los supermercados argentinos: naranjas de cualquier parte del mundo, frutas de cualquier parte del mundo. Todo esto atenta contra el mercado interno” (…) “Hoy veo retrocesos también en las libertades. No puedo dejar de mencionar el caso de Milagro Sala, presa política, ahora que también están presos otros militantes y dirigentes sociales, entre ellos su esposo. La carta abierta a los despidos: hoy el desempleo figura, junto a la inseguridad y la inflación, entre las principales preocupaciones de los argentinos. El desempleo no era un tema durante nuestra gestión. La inflación, que fue un tema que agitaron permanentemente desde los medios de comunicación hegemónicos, hoy es constante, superando el 50% en los alimentos. Creo que hubo tal vez una mala evaluación del gobierno entrante en cuanto a cuál iba a ser el resultado de su “negociación”, entre comillas, con los buitres. Lograron ordenar al Congreso casi haciendo fila para que votaran un acuerdo muy malo con los buitres y pensaron que iban a llover los dólares. Y no, las inversiones se rigen por otras cuestiones” (…) “Y esto no me convierte a mí en clarividente, sino simplemente en una persona que estuvo sentada 8 años en el sillón de la Casa Rosada y no de prestada. Sabía que esos aumentos, cuando llegaran, iban a ser de un impacto fenomenal en la inflación, en la calidad de vida y en toda la actividad económica. Porque había una idea de que los subsidios eran para los morochos, para la gente pobre, para los villeros, para los negros, para los cabezas como decían antes despectivamente. Y no, los subsidios eran para toda la economía, eran para las pequeñas y medianas industrias y también para las grandes. Los subsidios eran salario indirecto para los trabajadores, para la clase media que podía consumir, viajar, comprarse un auto o cambiarlo o comprarse una casa” (…) “Creo que hubo una mala evaluación también en eliminar ingresos del Estado que pesaban sobre los sectores más concentrados de la economía con una alta rentabilidad .Así se dibujó un déficit que no existía. Resulta incoherente lo que dicen: si había déficit a reducir, uno siempre piensa que lo primero que hay que hacer es equilibrar fiscalmente el país, pero no reducir a los sectores de mayores ingresos los derechos de exportación, sacar las retenciones a la minería o los autos de alta gama” (…) “Tal vez no hubo una mala evaluación: lo que se quería era provocar un shock para que los trabajadores aceptaran cualquier tipo de salario por temor a perder el empleo. O sea una suerte de flexibilización o precarización obligada, por el temor a perder el salario o porque la plata no alcanza”.

Consultada sobre si es víctima de una persecución del denominado “Partido Judicial”, respondió lo siguiente: “En toda la región se ve muy claramente la aparición de un partido mediático que juzga públicamente, un partido judicial que es como el espejo de ese partido mediático y un sector que interviene con estas dos patas fundamentales” (…) “La ley de medios, que fue un modelo contra la monopolización mediática, fue suspendida por el partido judicial que también volteó, para defenderse corporativamente, el intento que hicimos de democratizarlo” (…) “Es el único poder (el Judicial) en el mundo que es de carácter vitalicio. Todos los demás poderes están sometidos, por lo menos los institucionales del Estado, a elecciones y revalidaciones. Pretendíamos además que al poder judicial se pudiera ingresar por mérito, por exámenes, y no porque seas pariente o amigo del juez o del secretario o del fiscal de turno” (…) “La persecución judicial me parece que es más que evidente. Además fue anunciada. Si uno lee las crónicas periodísticas durante el último mandato mío, ya decían que yo cuando abandonara el poder iba a tener serios problemas con la Justicia” (…) “O eran clarividentes o evidentemente forman parte de una articulación mediática judicial que es la que se está desplegando ahora. Yo fui denunciada cuatro veces por no ser abogada y el título me lo terminaron dando en Comodoro Py. Y no ahora, durante la gestión. Me investigaron por enriquecimiento ilícito desde 1995 hasta el 2012. Tres causas con sobreseimiento, y siguen. La causa de dólar futuro es lo más emblemático en materia de persecución judicial. El magistrado que inició la causa pensaba que los beneficiarios de los contratos de dólares futuros iban a ser amigos nuestros o conocidos nuestros, y resulta ser que cuando se investigó, los que habían sido beneficiados de los contratos a futuro eran los mismos que habían hecho la devaluación” (…) “Y la última: embargar la pensión del presidente que es patético y hasta ridículo. Esto revela la situación de persecución. Pero no me quejo: cuando vos decidís que los responsables del genocidio deben ser enjuiciados por los jueces de la Constitución y que reciban las penas por lo que hicieron; cuando vos recuperás los edificios de la ESMA para entregarlos a la memoria, no solamente del pueblo sino del mundo; cuando decidís recuperar la administración de los recursos de los trabajadores de empresarios privados que habían recibido comisiones por 12 mil millones de dólares; cuando decidís que los trabajadores tienen que tener un salario que les permita vivir dignamente y motorizar la economía; recuperar YPF, la empresa más importante de la Argentina, Aerolíneas Argentinas y AYSA; cuando vos decidís estas cosas, está claro que uno de los riesgos es la cárcel y que te persigan políticamente”.

Consultada sobre la posibilidad de que termine tras las rejas, dijo lo siguiente: “En principio, respecto al temor a la cárcel, no. Si hubiese tenido temor no habría hecho las cosas que hice como gobierno, posiblemente tampoco hubiese militado en los espacios políticos en los que milité desde muy joven. Ser peronista nunca fue fácil en este país. Y nunca fue gratis” (…) “Escuchar a alguna persona que tenga el apellido Macri hablar de saqueo del Estado, hablar de obra pública, me parece una falta de respeto a la memoria y a la historia reciente de los argentinos” (…) “En la Argentina se invirtió en obra pública, durante los últimos doce años, 107 mil millones de dólares. En un lapso anterior, del `90 al 2002, se invirtió 18 mil millones de dólares. Lo único que pido es que se realice una auditoría sobre los últimos doce años para determinar que, si hubo sobreprecios, quien se los quedó. En este momento, en el que el gobierno decretó la redeterminación de precios de obra pública, es imprescindible. ¿En qué obras se redeterminó, en las que ya tenían sobreprecios?” (…) “Como si la política implicara que son todos iguales, que es sinónimo de corrupción; y cuando esto termina de enraizarse en una sociedad, finalmente se da el triunfo de las corporaciones, que siguen manejando a la gente con el concepto de que la política es corrupta. No, la política no es corrupta, puede haber políticos corruptos. Identifiquémoslos. A mí no me encontraron ninguna cuenta en Panamá. Yo no tengo ninguna cuenta en el exterior. No tengo sociedades secretas que me descubrieron. Todo lo que dicen está escrito en mis propias Declaraciones Juradas, firmadas y presentadas por mi no solamente ante la Oficina Anticorrupción, sino ante la AFIP” (…) “Y lo que también veo en esta etapa, una de las cosas que más me preocupan, es que hay una suerte de disminución muy notable de la intensidad del Estado de Derecho. Siempre la vigencia del Estado de Derecho ha sido un obstáculo para imponer planes de miseria, hambre y transferencia de recursos de los sectores asalariados, clases medias, pequeñas y medianas empresas a los sectores más concentrados. Siempre era necesario hacer un golpe militar para poder hacer este tipo de planes. Hoy a través del partido mediático y del partido judicial esto ya no es necesario” (…) “No se puede estar acusando o montando shows o espectáculos mediáticos en base a la violación de las garantías que tiene cualquier ciudadano, haya sido presidente o barrendero. Y esto significa también que los dirigentes políticos que entiendan que a partir de denuncias inventadas no van a lograr mejor posicionamiento. La historia demuestra que esto no es así, que dura muy poco. No conozco a ninguno que haya pasado a la historia, o que haya logrado convencer a las grandes mayorías nacionales de un proyecto de país o de Patria a partir de estas cosas” (fuente: Página 12, 24/7/016).

El meollo de la entrevista, me parece, es el siguiente: en la Argentina el presidente de turno está obligado a hacer los deberes si pretende culminar su mandato normalmente, sin sobresaltos. Sin nombrarlo, la ex presidente rememoró a Horacio Verbitsky quien en su libro “Educación presidencial” defiende la hipótesis del golpe de mercado que sufrió Alfonsín como una lección dada por el establishment a su sucesor, Carlos Menem. Con Cristina la historia vuelve a repetirse. Todo el hostigamiento a la que fue sometida durante ocho años se debió fundamentalmente a una única razón: su decisión de gobernar no obedeciendo las órdenes del poder económico concentrado. Al no ser una presidente dócil, maleable, sufrió feroces represalias que incluyeron varios intentos de desestabilización. Ello explica, en buena medida, la obsesión del establishment por aniquilar al kirchnerismo como opción electoral y a la propia Cristina como potencial candidata presidencial para 2019. El orden conservador se ha juramentado no permitir que nunca más arribe a la Casa Rosada alguien que, como Cristina, se atrevió a pisar callos muy gruesos, molestó demasiado, tuvo el tupé de atravesar esa delgada línea que separa lo políticamente correcto de lo políticamente incorrecto.

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