Por Fernando Cifone.-

Si bien los ciclos ganaderos se cumplen en Argentina con más o menos frecuencia, desde 2008, luego del conflicto con el campo, el gobierno de la ex Presidente CFK arrinconó a la actividad.

Desde entonces, más de 150 plantas frigoríficas cerraron, con 17.000 trabajadores en la calle; pasamos del 3° puesto en el mercado mundial al 13°, perdiendo más de $U 10.000 millones por no cumplir nuestros compromisos de exportación y 30.000 ganaderos dejaron la actividad.

Nos arrinconaron. Por supuesto que hay responsables.

Mientras tanto y al margen de ésta coyuntura, gran parte de los frigoríficos pasaron a manos brasileñas y hoy ya capitales chinos forman parte de la industria cárnica. Por otro lado, los mayores demandantes de terneros son los feed-lots (70%), y muchos de ellos pertenecen a frigoríficos. Si hacemos una regla de tres, vemos que aunque las condiciones políticas y económicas mejoren, estaremos de nuevo arrinconados, y ésta vez por otros actores que captan una importante porción de la cadena comercial. Frigoríficos que compran invernada, engordan, faenan y comercializan carne envasada, bien organizados, con capital de trabajo y que se quedarán con una buena parte de la renta.

Antes fuimos a la ruta, ahora, ¿qué vamos a hacer?

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