Por Juan Martín Perkins.-

Hoy es San Isidro Labrador. Buena oportunidad para reflexionar sobre cómo germinan las ideas en el campo.

Hace un par de días, pasó el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación por Pehuajó.

El funcionario participó del cierre de las JAT fina ZO en la Sociedad Rural.

Al final de su disertación, los productores le hicieron preguntas, presentándole las demandas de rigor.

Entre las preguntas hubo algunas verdaderamente preocupantes, sobre todo, por la dependencia mental, respecto del estado, que se ha desarrollado en algunos productores agropecuarios. No en todos afortunadamente.

Un productor preguntó al secretario qué tenían pensado hacer desde el Minagri para frenar la sojización que se producirá con motivo de la quita de retenciones a la soja y que perjudicaría tanto al campo.

En ese tono, fue sorprendente ver el nivel de “intervención” que algunos esperan (casi exigen) por parte del estado, tal el caso de precios sostén, controlar subas de gasoil, proteger a la lechería, subsidiar, fomentar y controlar rotaciones para vigilar el correcto uso del recurso tierra….

Preocupante.

Muy preocupante es observar la delegación de responsabilidades que hace el sector privado sobre el estado sin advertir que en el mismo acto está condicionando su derecho de propiedad.

“Si te preocupa tanto lo que puede pasar por sacar las retenciones, ¡te las dejamos!”, dijo en chiste un diputado nacional que acompañaba al secretario, poniendo de manifiesto con el chiste, la incoherencia que representaba la pregunta del productor que en 2008, con la soja a u$s 600 cortaba las rutas pidiendo todo el precio y aborreciendo los subsidios y¿ahora? ¿Qué pasó con las ideas de los gauchos del Manifiesto deSalto?

¿Echamos a Alberdi de nuestras ideas y compramos el relato K completo?

Devastador. Paren, yo me bajo.

Hoy leí una columna genial de Alfredo Casero que me rescató del desánimo. No está todo perdido mientras encontremos un poco de arte para difundir las ideas.

Así, sutilmente, como lo hace Casero en la columna, entrañablemente.

Un canto a la libertad. Un llamado a ejercer tu libertad. Una invitación a tomar conciencia de los tiempos de la naturaleza.

Genial, Casero, te pego abajo el link para que la disfrutes como yo y podamos compartir el simple ciclo de unos tomates cultivados en el balcón de tu departamento, o de hojas verdes, que ahora es la época de rúcula y lechuga.

Es genial que puedas tomar conciencia en el subte, camino al laburo, cómo es esto de procurarte por ti mismo. No esperar la solución de la corona, porque NADIE con cetro o con poder te va a dar la solución de tus problemas.

Es como pretender que papá Estado se ocupe de regular la producción de tomates en balcón para evitar la tomatización. No sea cosa que se te desordene la dieta por falta de arvejas y lechuga.

Imaginemos al estado ocupado en vigilar rotaciones para preservar la calidad de la tierra de las macetas y el racional uso del agua porque hay ancianos y jubilados en el piso 5 que no se pueden bañar mientras vos tomatizás el barrio de puro terrateniente oligarca de balcones…

Llevado al ridículo, es esto lo que pasa actualmente en el pensamiento de las entidades técnicas y gremiales del campo. Es una gran confusión que limita nuestras libertades y derechos sobre nuestra propiedad y sobre nuestras capacidades impidiéndonos asumir plenamente nuestra responsabilidad.

Ésta es la columna de Casero:

http://www.larazon.com.ar/interesa/Ver-crecer-tomates-verdes_0_788100031.html

A mí me rescató de una angustia que me tenía a mal traer. Espero que la sabiduría y profundidad de este corto texto les cause el mismo efecto que a mí y que, juntos, TODOS los argentinos aprendiéramos a relacionar causa con efecto recordando aquella máxima que Alfredo Casero nos obsequiara en un congreso Crea en referencia a las ideas:

“NO olviden los cuetes (ideas) en el lavadero porque se humedecen”.

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