Por Carlos Tórtora.-

Cuatro días atrás, en una entrevista con Luis Majul, Luis Caputo se excusó de hablar sobre el contenido del SWAP con los EEUU, explicando que había firmado un «tratado de confidencialidad». Ninguna autoridad del gobierno cumplió hasta ahora con su obligación de aclarar este punto. Podemos sí interpretar que el gobierno está siguiendo el modelo utilizado en el SWAP con China.

Así, Javier Milei sigue el esquema que en el 2009 implementó Cristina Kirchner para el convenio de SWAP de monedas locales firmado entre el Banco Central de la República Argentina y el Banco Popular Chino.

Del convenio con China sólo tienen carácter público los montos habilitados o disponibles. No se divulgan entonces los términos financieros específicos como son las condiciones de activación, las tasas de interés aplicables, los plazos de devolución y las garantías y restricciones.

La diferencia entre ambos casos es claramente política. El SWAP con China tuvo un bajo interés público, mientras que el SWAP actual se instrumenta en una situación financiera más acuciante.

Cada vez menos transparencia

El hecho de que la confidencialidad esté explicada no evita que la misma violente el principio constitucional de la publicidad de los actos de gobierno.

De más está decir que el secretismo en torno al SWAP atenta contra la transparencia y la rendición de cuentas, reduciendo bastante la capacidad del control de gestión. En este punto es donde Milei una vez más incurre en una contradicción: predica la modernización de la gestión económica del estado, pero elude uno de los pilares de esta modernización, que está compuesto por la transparencia y el control de gestión. El modelo libertario, una vez más, se dirige hacia un esquema autoritario y restrictivo, para nada liberal.

Si bien es cierto que ninguno de los dos SWAP requieren de la autorización del Congreso para su firma, no lo es menos que aquél tiene facultades de control sobre los mismos.

El secretismo se va así extendiendo a todos los grandes temas y el gobierno prácticamente ha dejado de informar sobre las conversaciones para gestionar un préstamo de US$ 20.000 millones para pagar los vencimientos de deuda del año que viene.

Por último, el flamante acuerdo comercial con los EEUU también ingresaría en la lista de documentos secretos.

Share