Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Es deplorable que en la concentración del kirchnerismo en la Plaza Lavalle, frente al Palacio Judicial, para atacar en su esencia al Poder Judicial, en las personas de los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, llama poderosamente la atención que el juez Juan Ramos Padilla haya insultado a los titulares del Poder Judicial, tratándoles de «atorrantes», ante una multitud de delincuentes pretendiendo socavar el normal desarrollo de la Corte Suprema que tiene en estudio 15 causas por supuesta corrupción contra la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, pretendiendo socavar el normal desarrollo de las causas ante la Corte Suprema, que es contralor de los otros dos poderes: Ejecutivo y Legislativo.

Lamentablemente, volvieron a desairar y socavar a la República, ante el concierto de las naciones, y todo ello para impedir el desarrollo de las causas en que la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner está acusada como presunta jefa de una asociación ilícita para delinquir, en virtud del presunto robo iniciado por el fallecido ex presidente Néstor Kirchner, que con su consorte, cometieron un sedicente desfalco/latrocinio estimado en US$ 80.000 millones.

Lo único que pretenden hacer los integrantes del corrupto kirchnerismo, que es vox populi, es tratar de socavar los cimientos de la Justicia para librarse de la condena social y jurídica de la presunta ladrona y la confiscación de los bienes mal habidos, pero el tiro les saldrá por la culata.

Pero lo que no pueden ignorar es la sedicente asociación para para delinquir, es que está acercándose a pasos acelerados el año 2023, en que el kirchnerismo saltará por los aires por el voto de la ciudadanía letrada, que reiterará las votaciones de las Paso y la elección de medio término, en que el peronismo/kirchnerista perdió la mayoría en el Congreso y no la volverá a recuperar.

Que se vayan preparando, que serán sometidos a juicio y condena por el sedicente desfalco/latrocinio, que salta a la vista, y es hora de que la Argentina recupere la vigencia del orden constitucional, prestigio y honorabilidad, enterrando para siempre la peste que nos asola desde 1946, salvo honrosas excepciones.

Con cordiales saludos.

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