Por Otto Schmucler.-

El kirchnerismo basa el apoyo y seguimiento de algo más de un tercio de la población en la construcción del relato, que lo acompaña desde los inicios del gobierno de Néstor. Tuvo gestos de sobreactuación con la orden de bajar el cuadro de Videla y de tergiversación de la realidad en aquel pedido de perdón desde la ESMA el 24 de marzo del 2004 ante las Madres por “no haber hecho lo suficiente” ignorando el “Nunca más”, el juicio a las Juntas de comandantes y fundamentalmente al no mencionar al Dr, Alfonsín (aunque días después debió retractarse y pedir disculpas).

Con ese mismo método argumental reinstaló en la militancia la dicotomía antagónica “amigo-enemigo” (aquel que pensara distinto a nosotros no era un adversario, era un enemigo). Tal vez por ello nadie se haya animado a parar el alegre festejo de la derrota-victoria en el bunker electoral, el domingo.

Tres días después, el Presidente, que había convocado a la Plaza de Mayo a festejar el día de la militancia hizo propia una cita de Almafuerte para explicarle a su gente (numerosa por cierto); “que el triunfo no es vencer sino no darse nunca por vencido”…

Intentaré aportar desde Cartas otra cita célebre; “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

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