Por Máximo Luppino.-

La política, un juego que no todos saben jugar. La magia consiste en transmutar la adversidad en un gran acontecimiento favorable. La fraudulenta sentencia contra Cristina Fernández, un auténtico golpe del PRO implementada por sus jueces “alineados”, fue un episodio adverso para la vicepresidenta de la Nación. Ella supo victimizarse y declarar: “El peronismo estaba siendo proscripto”. De esta manera, sus acciones continúan cotizando a un precio muy alto. Cristina, sin lugar a dudas, continúa siendo la gran electora del peronismo. Ningún candidato del Frente de Todos puede triunfar electoralmente hablando sin su directa y pública bendición.

La mesa de acuerdo convocada por Alberto Fernández puede ser un gran hecho político o mero fuego de artificio. “Fulbito para la gilada”… Si la mesa es auténtica deberá estar sentada Cristina presidiéndola junto a Alberto. De lo contrario, en vez de una gran mesa de encuentro y estrategia política será apenas una mesa ratona de un living burgués del mediopelo capitalino.

Así como un directorio de una empresa es dirigido por su accionista mayoritario, el Frente de Todos debe ser conducido por la “dueña” del mayor número de sufragantes del país.

De no ser Cristina la Candidata, se perfilan en la gatera de largada: Axel Kicillof (quien desea ser reelecto en Buenos Aires), Sergio Massa, Daniel Scioli y Wado de Pedro.

Si bien Wado de Pedro es dueño de una inteligencia singular y goza de gran prestigio en el seno de los compañeros, representa a un sector un tanto duro del abanico que puede ofrecer el peronismo, a la vez que puede esperar a que el tiempo delinee aún más sus notables capacidades.

La puja estaría entre Scioli y Massa. Ambos poseen características muy similares. Ambos son portadores de una voluntad inquebrantable. También gozan con el beneplácito de un electorado “independiente”, lo cual podría ampliar el techo del Frente de Todos. Esto no es un dato menor, es muy importante el apoyo de sectores no tan politizados.

Tanto Daniel como Sergio están aguardando que el señor presidente anuncie que va a dar un paso al costado y no se presente a una posible reelección. Esto es muy importante ya que ambos poseen el compromiso de no motorizar sus propias candidaturas hasta no saber a ciencia cierta cuál es la decisión final de Alberto.

Daniel, en su anterior elección perdió por un margen exiguo. Logró estar muy cerca del 50% de los votos.

Sergio parece haber encontrado el camino que doblegue la cruel inflación. En los próximos meses veremos si esto se logra. Posee el ministro de economía un gran reconocimiento exterior, cosa por demás importante.

Ambos, Massa y Scioli, gozan de respeto y buena consideración internacional, además de una percepción positiva de un electorado no peronista.

Con o sin mesa de acuerdo la decisión llegará. A los que mandan de verdad no les suele agradar compartir su visión con otros. Menos aún a Cristina Kirchner, propietaria de una fina intuición con respecto al humor social y a lo que se necesita tener para triunfar.

El peronismo tiene una ventaja sustancial, la misma es que Axel Kicillof triunfaría ampliamente en la gobernación de Buenos Aires, donde reside el 40% del electorado nacional.

No pongamos el carro delante del caballo. Para gobernar, primero hay que ganar y saber revalidar los títulos de gobierno. Sin esto concretado, nada es posible.

El Frente de Todos entra en tiempo de definiciones. Esperamos que nuestros dirigentes estén a la altura del difícil presente histórico.

Ampliar la base electoral para consolidar el triunfo. Este es el desafío. En este escenario, la elección de la dupla presidencial es fundamental.

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