Por Otto Schmucler.-

Decidido como pocos, valiente como nadie, el Capitán Ich pretende que la ampliación de la Corte y la reforma al Consejo de la Magistratura se resuelva con un decreto de necesidad y urgencia… por las buenas o por las malas!

Cansado ya de tanto intentar negociar (por las buenas) los delirios del Presidente, que tuvo un ataque de furia contra las instituciones (que no se someten a sus designios) el bravío Capitán desafía “al que raye” con propuestas contundentes y no negociables, tal como lo hizo en Casa Rosada, cuando era Jefe de Gabinete y destrozó, sin temblarle el brazo, un ejemplar de Clarín ante las cámaras.

Pero no todo es fiereza en el bravo Capitán, supo derramar lágrimas de emoción tras inaugurar una canilla en Charata, Chaco ante una decena de amanuenses que aplaudían aquel momento único vivido por sus habitantes.

Sátira al margen, no tienen vergüenza, el pudor no es un sentimiento que aflore en ellos.

Sólo cuando la plaga abandona la zona invadida se puede observar la magnitud de los destrozos, así sucede con las langostas, y sucederá cuando derrotados deban dejar el poder que hoy ostentan desafiante.

¿Cuándo ingresará por Comisión en el Congreso la reimplantación de los “Juicios de Residencia” con las modificaciones necesarias para que se ajusten a la nueva realidad?

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