Por Mariano Aldao.-

Nada atemoriza más a los corruptos que la justicia independiente, la que hace las cosas que hay que hacer en tiempo y forma. Aquella que no cajonea expedientes ni duerme causas esperando resultados de auditorías porque si estos se demoran,  pide explicaciones.

Y esto es lo que venía ocurriendo en la provincia mediterránea con la Fiscal Anticorrupción Goyeneche, hasta que el Superior Tribunal encontró un resquicio para iniciarle un jury de enjuiciamiento (y más que probable destitución) para así designar allí a jueces y fiscales que les garantizarán impunidad a perpetuidad.

Porque a los miembros del Tribunal, es evidente, les enseñaron “desde chicos”, (como al Ministro Soria) a decir la verdad… ¡Qué oprobio estamos viviendo los argentinos!

Algún día, cuando todo haya pasado, ¿respiraremos hondamente y hasta probablemente brindemos por la felicidad de haber recuperado la cordura? Pero antes que ello ocurra, ¿seguiremos tarareando por lo bajo aquella tan intensa de Víctor Heredia? Parece ser que el temporal trajo también la calamidad, de cierto tipo de langosta, que come en grande y en nuestra costa, de punta a punta del país.

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