Por Pedro Álvarez Bustos.-

Señor Presidente
de la Republica Argentina
Ing. Mauricio Macri

Soy oriundo de la zona del cardenal pampeano. Vengo de la Argentina profunda.

Usted está próximo a viajar a Francia, Suiza y Rusia. Precisamente en la tierra de Vladimir Putin, en agosto del 2016, tuve un accidente (San Petersburgo), sufriendo fractura de un hombro. A esta circunstancia, su inmediata y exitosa intervención quirúrgica, se le sumó una secuela de consecuencias directas e indirectas relacionadas con fracturas de tibia y peroné y trastornos agudos de columna, que me llevan a estar postrado transitoriamente, en mi lecho, con reposo absoluto dispuesto por los médicos.

Hace décadas que vengo ocupándome y preocupando por el tema de los recursos hídricos. Al respecto señalo que ya en 1979 inicié el juicio por la interprovincialidad del Río Atuel, en nombre de La Pampa y contra la provincia de Mendoza. Proceso judicial donde la Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificara la interprovincialidad de las aguas.

Usted ha pronunciado, últimamente, declaraciones en la localidad chubutense de Gaiman, mencionando el despropósito que implicaba la no utilización de las aguas del Colorado que se perdían en el océano y luego, en la ciudad mendocina de San Rafael, anunciando la construcción de Portezuelo del Viento. Sinceramente, lo lamento y respetuosamente expreso que tales expresiones son escandalosas e infamantes; traducen una ignorancia quizá inexistente.

No pretendo un Presidente enciclopedista pero sí un ejecutivo que se maneje con veracidad. Un ser humano no puede conocer todo, pero debe tener la virtud de recurrir a quienes sean idóneos en los temas que ignora y hacerse asesorar convenientemente.

Máxime que su situación se encuentra comprometida toda vez que debe laudar, en estos días, en la cuestión planteada en Coirco donde La Pampa rechazó la construcción de la presa Portezuelo del Viento y su manejo por Mendoza, porque afectará la calidad y el caudal de las aguas del Colorado. Ya La Pampa había objetado su intervención y ahora se ha requerido que se inhiba de actuar, recusándolo por haber emitido opinión previa y requiriendo pronto despacho. Usted debe separarse de la decisión final acerca de si se hace o no la obra; es decir, apartarse del laudo. Su imparcialidad es nula.

Aún más, ni siquiera hizo mérito de lo dictaminado por la Procuraduría General de la Nación que habilitó el camino a la necesidad de un estudio ambiental en toda la cuenca del Colorado.

En los últimos meses la intervención de Nación ha dejado mucho que desear, tal como lo fuera en la audiencia pública realizada ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En ese acto y tras la exposición de las partes, por primera vez en la historia argentina quien representaba al gobierno nacional -cuando se le dio la palabra- huyó.

En síntesis, la trayectoria que puedo exhibir, sumada a ochenta años de vida me llevan a ofrecer mis servicios como asesor ad honorem, en los temas referenciados y que usted no conozca. Así también a invitarlo convoque o designe a otros ciudadanos que resulten idóneos en la materia.

Aquí no interesa si no lo voté, si lo voté o si no voté por razones de almanaque. No es cuestión de tratar de salir adelante; la cuestión es lograr avanzar con un sentido federalista y en aras del bien común.

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