Por Juan José de Guzmán.-

Los otros días, relacionado con el Día de la Tradición, recibí un WhatsApp enternecedor de un niño al que se lo veía izando la bandera argentina (su mamá o papá lo estaban filmando). Solitario, entonaba y cantaba a la vez el Himno Nacional Argentino (a capela).

Allí se lo veía, paradito, solemne, ante el mástil, derechito y erguido, hasta el final (que él mismo, en su garganta onomatopeyizó como, “tan tán, tan tán, tan táaan”. Como diría más de una/o, concluyendo el video, “para comérselo” (a besos).

Hoy, acercándonos al final de un 2021 que tuvo de todo, quisiera instar a que el 31, cuando nuestras copas esperen ansiosas las doce, para chocarlas y traspasar en ese instante nuestros deseos (por lo nuevo que vendrá) que pensemos en todos esos retoños, como este de la bandera y nos comprometamos a no defraudarlos. El tiempo que viene va a ser, cada vez más el de ellos, hagamos que esos anhelos del brindis se hagan realidad,

¡Feliz 2022!

Share