Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Con respecto a la declaración del secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Mancomunidad y Desarrollo (británico), James Cleverly, (LA PRENSA, 3-3-2023); afirmando que «Las islas Malvinas son británicas» y defendió la autodeterminación de los kelpers, tras la decisión argentina de poner fin al pacto Foradori-Duncan, no tiene la menor noción de lo que dice, y afirmo todo lo contrario, y que lea la historia de Malvinas, que no muerde, y por ello la Argentina reconquistó y recuperó la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, el heroico 2 de abril de 1982, en que nuestras gloriosas Fuerzas Armadas enfrentaron en inferioridad de las fuerzas de la OTAN, en virtud de que la Junta Militar ante el ultimátum de Inglaterra del 20.3.1982, exigiendo que los 39 operarios chatarreros desarmaban una factoría obsoleta en puerto Leigth, Georgias del Sur, el gobierno nacional respondió con otro acto soberano, tomando las Islas Malvinas, pues caso contrario se hubiera perdido todos nuestros títulos y derechos sobre las islas mencionadas; que, por otra parte, sería otorgar al Reino Unido un título que carecen, ya que su única razón para mantener el despojo de nuestras islas irredentas, es la fuerza, que no otorga derechos, se decidió recuperar la soberanía sobre Malvinas el glorioso 2 de abril de 1982.

Es oportuno consignar que iniciadas las hostilidades por los británicos el 1° de mayo, el presidente peruano, escribano Fernando Belaunde Terry, a pedido del general Haig, secretario de Estado de EEUU, y el canciller británico Pym, habló con la Junta Militar ofreciendo sus buenos oficios como mediador para negociar el cese de hostilidades, retiro simultáneo y mutuo de las fuerzas, presencia de veedores ajenos a las partes parfa el gobierno temporal de las islas, tomar en cuenta los puntos de vista o intereses de los habitantes, para la solución del conflicto. Estando adelantadas las tratativas, la señora Margaret Thatcher que alimentaba nefastos propósitos y no le interesaba la paz, mandó torpedear el Crucero «General Belgrano», provocando la muerte de 323 tripulantes argentinos, por el submarino «Conqueror», fuera de la zona de exclusión.

El almirante Harry Train, a la sazón comandante de la Flota del Atlántico de EEUU, durante el conflicto, dijo en conferencia pronunciada en Buenos Aires, entre el 26 y 28-11-1986: «Yo creo que ustedes podrían haber vencido en Pradera del Ganso… Si se hubiera hecho cualquier cosa para frenar el avance británico, los británicos hubieran perdido porque la Flota había agotado la capacidad de sostén… Había agotado sus armas antisubmarianas, habían agotado la capacidad de sostén… Habían agotado sus armas antisubmarinas, habían agotado las municiones de sus cañones y comenzaban a sufrir fallas mecánicas».

«…El Almirante Sandy Woodward (comandante de la Operación Corporate) le dijo al comandante de las fuerzas terrestres (general Jeremy Moore) que debía llegar a Puerto Argentino para el 14 de junio si no los iba a sacar de la isla. Entonces, cualquier cosa que hubiese frenado este avance habría ganado la guerra» (sic). (I)

Lamentable en ese día aciago para la honra de las armas patrias en que el general Jeremy Moore recibió la orden de tomar Puerto Argentino o sería retirado de de la la isla, el gobernador militar de Malvinas, Mario B Menéndez, llama por la mañana al teniente general Leopoldo F. Galtieri para darle parte de que procedería a rendir sus tropas en Malvinas (quién carecía de un plan de defensa y de ataque). Éste le respondió que saque a sus hombres de los pozos para adelante peleando. En ninguna parte del mundo, una guarnición de alrededor de 8.000 hombres muy pertrechados y que ni siquiera ha comenzado a pelear, se rinde por haber perdido en los primeros encuentros el 10%, o sea 700 u 800. Y según el Reglamento Militar, una fuerza se rinde con honor al haber quedado sin municiones y teniendo el 80% de bajas; las que hubo en las islas no alcanzaron el 5% -354/8.000-.

Luego declaró el almirante John Forster Sandy Woodward: «Consideré seriamente la posibilidad de llamar a casa para decir que habíamos perdido. La situación parecía indicar que pronto estaríamos fuera de juego, en algún momento haya que comenzar en terminar con todo». Y, también: «Si los argentinos no se hubieran rendido el 14 de junio, nosotros hubiéramos fracasado como el 21 de junio, una semana después. Estábamos agotados y los barcos están agotados y los sistemas de ingeniería estaban agotados y los arnas agotadas, estábamos todos agotados, como ellos, pero ellos se agotaron primero, menos mal». (2)

Hastings y Jenkis -autores británicos y uno de los corresponsales en Malvinas durante el conflicto-, en la obra «La batalla por las Malvinas», pág. 251 expresan: «…El 25 de mayo, lejos de saborear una victoria, los británicos mascaban un amargo sabor de derrota, y la flota indicó asimismo el colapso de la paciencia de Londres ante los escasos progresos de la cabeza de playa… El gobierno estaba cada vez más alarmado ante el riesgo de que las Naciones Unidas exigieran un cese de fuego imposible de rechazar que dejaría a los ingleses con el solo control de la cabecera de puente San Carlos».

He aquí la verdad histórica sobre los hechos acaecidos en Malvinas, y que faltó muy poco (si no fuera por la actitud pusilámine de Menéndez), para que nuestras Fuerzas Armadas hubieran ganado la Guerra de Malvinas a la OTAN.

1) Del artículo «La destitución de Galtieri… frente al enemigo», por Manfred Schonfeld, La Prensa del 18.2.1986.

2) Del historiador Sebastián Sebastián Miranda «Los principales mitos tras la guerra», La Prensa del 20.6.2017.

Con cordiales saludos.

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