Por Oscar Edgardo García.-

Las demoras en la reimpresión de las licencias de conducir están causando serios problemas a las personas afectadas por la realización de dicho trámite.

Las afortunadas personas que han logrado iniciar el trámite por la página web y que no han recibido la licencia reimpresa en el tiempo establecido por el Gobierno de la CABA no tienen forma alguna de obtener información sobre el estado del trámite.

Los correos electrónicos no son respondidos así como tampoco se obtiene la atención de una persona por WhatsApp, el que está accionado por un inútil sistema robótico que lo único que logra es perjudicar al sistema nervioso del ciudadano.

Es imposible comunicarse con el 147 para obtener la información y cuando se logra que una persona atienda, después de largos tiempos de espera de hasta media hora y más también, la respuesta es que no pueden dar la información sobre el estado del trámite porque están actualizando el sistema y no pueden acceder a la información. Es ridículo pero hace una semana que dicen lo mismo.

Los correos electrónicos y messengers que son enviados al Señor Rodríguez Larreta y a su equipo, a funcionarios de primera línea que lo asisten y al presidente del CGP tampoco son respondidos, lo cual es una clara demostración de desidia para con la resolución del problema.

Frente a este cuadro de impotencia el ciudadano se ve obligado a concurrir personalmente al CGP de su Comuna.

Previamente a ello deberá tomar conciencia que todos los cuidados que ha venido tomando sobre su salud los pondrá a riesgo porque estará expuesto en un recinto cerrado junto a un buen número de personas y sin el distanciamiento requerido a la espera para ser atendido.

Puesto en otros términos, la ineficiencia del gobierno de la CABA está generando un innecesario foco de contacto de Covid que podría evitarlo si permitiera concretar las gestiones de manera virtual.

Cumplido el riguroso tiempo de espera el estoico contribuyente será atendido amablemente por un empleado que revisará su expediente, le dirá que está en proceso, que se van a ocupar de agilizar el trámite y que se comunicarán con él sobre el particular.

Así, sin pena ni gloria, el ciudadano se retirará del CGP con las manos vacías y la frente marchita.

Este cuadro de situación es una clara demostración de incapacidad y una inaceptable falta de respeto hacia el contribuyentes que se ve imposibilitado de circular con su vehículo en el país y en el exterior con una licencia que acredite estar vigente.

Confiemos en que las autoridades del Gobierno de la CABA prioricen la solución de los problemas de los ciudadanos a sus desatinados planes electoralistas futuros.

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