Por Juan José de Guzmán.-

Que a sus cuarenta y pocos años una joven abogada se arrogue el derecho de desafiar a la Corte Suprema de Justicia es un caso que debería merecer el unánime repudio de todas las fuerzas vivas del país.

Pero que con su provocadora altanería nos amenace a todos con la vuelta a los años de sangre y fuego que padecimos antes del advenimiento de la democracia, Alfonsín mediante, es ya todo un despropósito, insoportable e inadmisible.

La Argentina no puede, ni debe tolerar semejante incitación cuando aún no ha podido zanjar sus diferencias con la historia. La misma que Peñafort, con impertinente jactancia pretende enseñarnos cómo se escribe, si “con sangre o con razones”, sumándole a su proclama setentista (de iluminados QUE NO QUEREMOS REVIVIR) la arrogancia del “porque la vamos a escribir igual”.

Mi propuesta; allanamiento y secuestro en su domicilio de todos los cassettes y CD´s de Los Olimareños que, como a tantos de nosotros la han emocionado, pero que a ella además, es evidente que la han afectado.

Es la Directora Jurídica del Senado de la Nación y quien la propuso en el cargo, la vicepresidenta de la República, como el mismísimo Presidente Fernández deberían exigir su remoción inmediata.

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