Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Con respecto al artículo «Pío XII vuelve a ser cuestionado en un libro de próxima aparición» (La Prensa, 10-5-2022), «La Historia secreta de Mussolini, Hitler y Pío XII», publicado por Garzanti, que se distribuirá en Italia a partir del 26 de mayo, y que insólitamente «se da la impresión de un Papa literalmente «manipulado» por Hitler y Mussolini» (sic); y que «a pesar de tener pruebas irrefutables del exterminio en curso de los judíos, Pío XII nunca denunció las atrocidades nazis», es una aberración falsaria que da de bruces con la verdad histórica, y su autor expresó que se trata del relato de un Papa «dispuesto a renunciar al papel del guía moral para reservar el poder milenario de la Iglesia» (sic), es de una falsedad absoluta.

En su libro «Nunca más: Una historia del Holocausto», el historiador judío, Sir Martín Gilbert, aseguró que «en vez de indignarse por lo que un Papa no hizo, trató de ver lo que las Iglesias católicas, los líderes y el propio Papa Pío XII hicieron». «La prueba para Pacelli sucedió cuando la Gestapo entró en Roma en 1944 para cercar a los judíos. La Iglesia católica y su autoridad directa inmediatamente dispersaron la mayor cantidad posible de judíos y salvaron millares de vidas de esta forma» (sic) (Washington DC, 25 de mayo de 2000 (ACI). Y para desenmascarar la falsedad histórica con respecto a la supuesta indiferencia de Pío XII sobre la «Shoah», quienes lo atacan saben perfectamente que el cardenal Eugenio Pacelli -futuro Papa Pío XII- fue el redactor de la encíclica Mit brennender sorge -según testimonio de Pío XI- con que en 1937 la Iglesia condenó al nazismo, su totalitarismo y su racismo».

El único valiente

Alexis Curvers precisa que Pío XII denunció desde fines de 1942 las «medidas de exteminio» contra los judíos sobree las que había alentado al embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede. «Habló varias veces, y hasta el final de la guerra fue el único hombre en el muindo que se atrevió a hablar de este tema. Todos los demás callaron, incluso los que podrían haber hablado impunemente» (dijo que, en Francia, De Gaulle no pronunció una palabra referente a la desgracia de los judíos, lo mismo se dijo de Charchill, Roosevelt, etc.).

Aunque Pío XII salvó a unos 860.000 judíos de una muerte segura impidiendo la deportación de hebreos de Rumania, Eslovenia, Yugoslavia, Hungría, Bulgaria… (cfr. M. Alexis Curvers: Pío XII, el Papa ultrajado, 1965), se lo acusa de ser indiferente ante el sufrimiento de los judíos en el Holocausto -Shöah-.

Una personalidad judía como Albert Einstein, declaró: «La Iglesia católica ha sido la única que levantó la voz contra el asalto de Hitler contra la libertad…; expresó mi admiración y mi profundo acuerdo con esta Iglesia que ha tenido el inquebrantable valor de luchar por todas las libertades morales y espirituales».

El mismo autor, reseña que el Boletín del Ateneo israelita de Bruselas, en junio de 1963, la señora Edith Mutz, entre otros conceptos, informa que el doctor Safran, Gran Rabino de Rumania, declaró que durante la guerra, Pío XII «salvó a los judíos (los nazis aseveran que Pío XII era más que judío) del desastre a la hora en que su deportación de Rumania estaba decidida; y que «la verdadera razón del relativo silencio de Pío XII no fue sino el de no agravar el caso de aquellos que se encontraban en los campos de concentración».

Y que, además Pío XII logró el cese de las deportaciones de judíos eslovacos, como salvó a los judíos de Yugoslavia; como detuvo la deportación de los judíos de Hungría y de Bulgaria…

Recordemos que en el mes de julio de 2001, una comisión de historiadores católicos y judíos suspendió el estudio del rol del Papa Pío XII durante el Holocausto, ante la presunta negativa del Vaticano de abrir sus archivos secretos. Empero, la respuesta vaticana, por intermedio del Padre Peter Gumper, jesuita alemán que recopila documentos en apoyo de la beatificación de Pío XII, dice que reunió con el grupo, que algunos miembros judíos reunió con el grupo, respondió a sus preguntas y ofreció más respuestas para otra sesión. Aseguró que algunos miembros judíos de la comisión, «publicamente habían propagado la sospecha», de que la Santa Sede trataba de ocultar documentos. El Padre Grumpel defendió a pío XII diciendo que el material a disposición de los historiadores evidencia que el Papa «hizo los esfuerzos posibles parta salvar vidas sin distinción» («La Presa, 8 de agosto de 2001).

«La historia confirma que las decisiones del Papa Pío XII con respecto a los judíos eran justas y que su actividad era la única posible…» (de las declaraciones de Monseñor José Saravia Martins, a la sazón, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, publicado por La Prensa el 18 de diciembre de 1999).

Pío XII es el último gran Papa que durante las ordalías de la Segunda Guerra Mundial, le cupo dirigir la Iglesia, siendo protector y salvador de judíos, defensor de la tradición, manteniendo libre de ideologías, además combatió (el buen combate) al comunismo «intrínsicamente perverso», tal como había calificado Pío XI.

(Sugiero ver mi carta «Pío XII, el venerable», publicada por La Prensa el 9 de marzo de 2019).

Con cordiales saludos.

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