Por Juan José de Guzmán.-

Este gobierno, de Alberto y Cristina está terminado, en todos los aspectos.

Ni las mentiras, casi infantiles del Presidente, ni las Cartas, absolutamente previsibles de la Vice pueden ni podrán cambiar el rumbo “cuesta abajo” del tobogán por el que se desliza el país.

Todo lo que sucede, cada día que pasa, es más sufrimiento, para todos. Nada que cambie nuestras expectativas pueden ofrecer ya, sólo grotescos capítulos de “Pimpinela”.

Es inimaginable suponer que algo pueda acordarse con un gobierno que ha hecho de la negación una costumbre, de la mentira una práctica y del enfrentamiento un hábito.

Dieciocho meses son demasiados para la necesidad de cambio de rumbo que tiene la Argentina, hoy.

Un adelantamiento del proceso electoral es lo único que podría y debería consensuar hoy el gobierno con la oposición.

Es hora de poner “manos a la obra”, sin demora.

Será lo mejor que habrán hecho desde su asunción.

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