Por Mariano Aldao.-

Resulta increíble lo que está sucediendo por estos días en el Congreso y el Poder Ejecutivo con la pretensión de desplazar y retornar a sus cargos originales a los jueces Bruglia y Bertuzzi.

Tanto o más increíble resulta que la Cámara de Casación Penal no se haya pronunciado en contra del rechazo a los traslados llevado a cabo en la tarde del 16/09/20 en el Senado, dado que la Corte Suprema de Justicia, hace dos años, con los mismos integrantes que hoy la componen firmaron una acordada convalidándolos al decir entonces que “no es necesario un nuevo proceso de designación cuando se trata del traslado de jueces federales en cargos de la misma jerarquía, dentro de la jurisdicción federal con igual o similar competencia material”.

¿Qué pretenden? ¿Acaso, generar un conflicto entre poderes del Estado? ¿O suponen acaso que quienes hace 2 años explicaban a las instancias inferiores y a la República “por qué no era necesario un nuevo proceso de designación” puedan haber cambiado de opinión?

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