Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor Director:

Llama la atención que el piquetero Luis D’Elía condenado el lunes 6 del actual a cuatro años de prisión y ocho de inhabilitación para ejercer cargos públicos por siete delitos: atentados a la autoridad agravado en forma reiterada, lesiones, instigación a cometer delitos, daño agravado, privación ilegal de la libertad, usurpación e intimidación pública», y robo de un cuadro de Quinquela Marftín, no mencionado en la sentencia, durante la toma de la comisaría 24ª de La Boca el 26 de junio de 2004; declare que «Todo este circo después de 14 años fue armado solo para condenarme a cuatro años de prisión por supuesto apelaremos»… y asegurando que «me condenaron a cuatro años de prisión sin ningún fundamento». Es oportuno consignar que en la fecha indicada, militantes piqueteros y vecinos de La Boca, encabezados por D’Elía, tomaron esa comisaría en reclamo de justicia por la muerte del dirigente piquetero Martín Cisneros asesinado el 26-6-2004, advirtiendo que «fue un mensaje mafioso y desestabilizador», según la crónico del diario «La Prensa» del 27-6-2004. En esa ocasión, una turba dirigida por éste tomó la Comisaría 24ª, pero lo llamativo es que se hicieron presente en ella el jefe de Policía, Eduardo Prados y el ministro de Seguridad, Gustavo Beliz y procedieron a intervenirla y remover las autoridades de la misma, sin esperar que tomara cartas en el asunto el juez federal de la causa Norberto Oyarbide. Amén del destrozo de todas las instalaciones de la comisaría, D’Elía robó un cuadro de Quinquela Martín.

Y, simultáneo con ese hecho, recordemos que el piquetero D’Elía y cómplices cometían todo tipo de tropelías, tipificadas en el Código Penal: cortaban calles y rutas, invadían propiedad privada y hurtaban mercaderías, incendiaron el frente de una empresa petrolera, impedían que las empresas de servicios públicos -trenes y subterráneos- cobraron pasaje y los peajes en las autopistas. También, un grupo de mercenarios de la izquierda, denominados Quebracho, penetraron en la entrada del Edificio Libertador, sede del Ejército y el Ministerio de Defensa, para quemar banderas de Estados Unidos de América y de las Naciones Unidas, incendiaron neumáticos, demandando la existencia de un Ejército nacionalista y no de ocupación, por las tropas que se enviaron a Haití para apaciguarlo, lo que estaba legalmente autorizado por el Congreso. Todo esto ocurría ante la pasividad del, a la sazón, presidente Kirchner, que no hacía respetar la ley y el principio de autoridad para mantener el orden y la convivencia civilizada, dando lugar a que esos grupos de vándalos actuaran con total impunidad, creando un clima de violencia que iba «in cresciendo», ante la ausencia del Estado que tiene el monopolio de la fuerza.

Es por ello que, ante la condena de cuatro años de prisión…, se vanagloria el sujeto diciendo que no irá a la cárcel por la ocupación y destrucción de la Comisaría 24ª, gritando «Viva Néstor, Viva Cristina», y asegurando que «me condenan… sin ningún fundamento».

Con cordiales saludos.

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