Por Juan José de Guzmán.-

La mujer de 68 años, en silla de ruedas, abandonada en un bar por su hijo en Rosario fue el disparador de esta breve carta-reflexión, que estuvo cerca de haber existido antes, un par de años atrás, cuando otro “hijo de estos tiempos” abandonó a sus padres, mucho mayores (87 Y 93 años) en otro Bar, por razones similares, no podía, no sabía, o simplemente no quería seguir haciéndose cargo de quien/es los trajeron al mundo en tiempos coincidentes con la génesis de sus vidas.

Como la vida está hecha de música, también, no puedo evitar recordar esa tremenda etapa de máxima inspiración del gran Nano, cuando nos regaló entre tantas otras; A quien corresponda (aquella que dice que “a los viejos se les aparta, después de habernos servido bien”).

Share