Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor Director:

Llama poderosamente la atención que la sedicente delincuente Milagro Sala, procesada y encausada por los delitos de extorsión, asociación ilícita y fraude, por encubrimiento de una tentativa de homicidio, por otra causa por fraude a la administración pública por 29 millones de pesos, imputada en dos causas, y en otra, por un faltante de 800 millones de pesos en la construcción de viviendas, siendo la tentativa de homicidio referente a una causa de 2012 donde «hubo un enfrentamiento entre dos grupos de Tupac Amaru por manejo de territorio, donde se encuentra detenido uno de los supuestos sicarios; tenga el tupé de cuestionar las medidas de seguridad en la mansión ¿de dónde salieron los recursos para poseerla? donde cumple detención domiciliaria, siendo una notoria e inaceptable intromisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en nuestros asuntos internos, por ser un país soberano desde 1810 (¿cómo es posible que el juez Mercau, cometiendo prevaricato, haya dictado la resolución «de acuerdo a lo dispuesto» por la CIDH, obedeciendo órdenes externas y conculcando la independencia judicial, siendo que la ley dispone como requisitos, tener 70 años de edad y padecer una enfermedad mortal?), que debería ocuparse de la grave violación de derechos humanos en Venezuela (entre otros países), por el dictador Nicolás Maduro. Por su supina ignorancia, dice que ni «los genocidas tienen tanta seguridad», ignorando que las Convenciones de Ginebra califican como tales, fundamentalmente, las persecuciones a los armenios en 1915 por Turquía, durante la Gran Guerra, y de la masacre contra el pueblo judío por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.

En la Argentina y toda Latinoamérica, es asaz conocido y probado, que como patio trasero de Estados Unidos, fue atacado por la ex Unión Soviética, a través de su peón de brega, Fidel Castro, que adoctrinó, preparó tácticamente y financió las atrocidades cometidas por la subversión/terrorista del ERP, Montoneros, FAP, FAR por Firmenich, Bonasso, Vaca Narvaja, Perdía, Verbitsky…, siendo vencidos por las Fuerzas Armadas (FF.AA.), de Seguridad y Policiales, cuyos miembros fueron juzgado, procesados y condenados a prisión perpetua, por supuestos e ilegales delitos de Lesa Humanidad, lo cual destila inconstitucionalidad, pues el Estatuto de Roma de 1998, que estableció la figura de ese delito, estipula su aplicación a posteriori y no a priori de su ratificación, por lo cual no es aplicable a los hechos de los años ’70; como, asimismo, la Convención sobre Imprescriptibilidad de Penas de Delitos de Lesa Humanidad, ratificada por el Congreso, mediante la ley 24.584 de 1995, tampoco es aplicable a los hechos aludidos, y menos se aplica con retroactividad la ley penal. Entre 1969 y 1979, los subversivos cometieron 21.655 atentados terroristas, asesinando a 1.160 inocentes a traición, cuyas causas prescribieron por haberse estipulado en las leyes de Punto Final (23.492) promulgada «de urgencia» por el presidente Raúl R. Alfonsín, que implicaron verdaderas amnistías para la subversión/terrorista, que con la de Obediencia Debida (23.521), establecían que pasados los 60 días sus hechos vandálicos quedarían extinguidos. Recordemos que las mismas fueron derogadas por el Congreso el 24.3.1998, y «anuladas» en 2003, por el kirchnerismo, a pesar de que no existe la «anulación» de leyes en el Estado de Derecho, con el propósito aleve de juzgar por segunda vez a los integrantes de las fuerzas legales (lo que fue convalidado por la Corte Suprema en fallo del 5.5.05, con los honrosos votos en disidencia de Carlos Fayt y Carmen Argibay (R.I.P.), conculcando los principios de «cosa juzgada» y la «igualdad ante la ley), quienes fueron inconstitucionalmente condenados a prisión perpetua, y muriéndose en las mazmorras de Marcos Paz, Ezeiza y presidios del interior de inanición y sin atención ancianos mayores de 90 años, que lucharon por Dios y la Patria, condenados a muerte, violando el artículo 18 de la Constitución Nacional, mientras a peligrosos delincuentes, asesinos, pervertidos y violadores los jueces les conceden prisión domiciliaria, al cumplir los 70 años de edad, conculcando la igualdad ante la ley.

Milagro Sala es y será condenada por la Justicia de Jujuy, por los sedicentes delitos aludidos, como cómplice del kirchnerismo, que hizo una fortuna que no puede justificar, apropiándose de recurso públicos que deben regresar a las arcas del Estado; siendo oportuno agregar que la familia Kirchner y adláteres se hicieron millonarios a costa de las necesidades de los pobres, sembrando la Nación de desventurados, cuyo mayor mérito fue legar al actual Gobierno a más de 12 millones de desafortunados.

Con cordiales saludos.

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