Por Otto Schmucler.-

Como casi siempre sucede en nuestro país cada vez que se pone la atención sobre un tema que esté directamente relacionado con la política o, lo que es más frecuente, con funcionarios que incumplieron con sus obligaciones, el mismo pasa a tergiversarse hasta terminar hablándose o discutiendo de otra cosa que no se vincula con el tema en cuestión.

La jueza Capuchetti explicó de mil maneras (y con claridad meridiana) las razones que la llevaron a sobreseer a casi todos los imputados del vacunatorio VIP.

Pero lo que “hace ruido” no son las razones que utilizó para sus argumentaciones, sino que no haya reparado en que alguno de ellos haya mentido diciendo que era “Personal de la Salud”, cuando no lo era.

Tratándose de un funcionario público, el haberse vestido con ropaje ajeno, mintiendo para lograr un beneficio lo torna más grave, y si ese funcionario es quien tiene que asumir la defensa del Estado Nacional en juicio (como es el caso del Procurador del Tesoro), muchísimo más.

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