Por Otto Schmucler.-

Todo parece indicar, luego de las chicanas lanzadas por “Mínimo” en el Congreso, tras 21 horas de debate, que lo que viene de aquí en adelante va a estar lejos de los acuerdos. El Presidente de “todos los argentinos” tampoco tomó registro de que sufrieron una derrota en las legislativas de setiembre-noviembre y sin dudar un instante fue al acto de asunción del nuevo presidente del PJ bonaerense y adornó con palabras (y tonos) poco conciliadoras.

Como si faltara algo, la Coalición Cívica, lejos de aceptar que lo presentado como “Presupuesto 2022” era un mamarracho (tal lo aseverado por economistas, como De Pablo, Melconian, Giacomini, Cachanosky, Artana, Zuchovicki, etc., etc.), o como diría su mismo creador Guzmán, pura sarasa, salió con los tapones de punta en contra de lo que la oposición decidió en la mañana del jueves 16/12.

No hubo aplausos, ni abrazos, como cuando se aprobó el Pacto con Irán, aquí hubo un respetuoso silencio, todos los diputados de la oposición se levantaron sin comentar, cargando sus pertenencias al mismo tiempo que en el oficialismo hacían lo propio cargando con su impotencia.

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