Por Eduardo R. Saguier.-

Buenos Aires, lunes 14 de septiembre de 2015            URGENTE

Sra. Superintendente de Servicios de Salud

Dra. Liliana Korenfeld

Av. Roque Sáenz Peña 530, Capital

Tel. 4344-2800 o 0800-222-72583

Teléfono / Fax 4344-2962/

011-4344-2912

Ref.: Abandono de persona, colapso, corrupción y vaciamiento del PAMI

De mi mayor consideración:

Eduardo R. Saguier, DNI 4394928, en mi condición de marido de una afiliada al PAMI, Lic. María Cristina Mendilaharzu, DNI 0773241, beneficio 150423784005, me dirijo a Vd. a los efectos de denunciar abandono de persona, y el perverso, anacrónico y obsoleto servicio que ofrece el PAMI-4 sito en la calle Vidal 2322 de esta Capital, conjuntamente con la del servicio de ambulancias del mismo, que es administrado por el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP), que depende del PAMI, sito en la calle Tucumán 753, todo bajo la dirección del Dr. Luciano Di Cesare.

El caso es que mi mujer, internada en un geriátrico del barrio de Belgrano, padece una enfermedad neurológica que aunque lúcida la tiene postrada e inmovilizada en cama desde hace años, y con sonda naso-gástrica y maniatada (para evitar que se la quite) desde hace más de tres meses. Con el propósito de sacarle dicha sonda el médico gastroenterólogo del Hospital Español encomendó dos estudios especializados de deglución y endoscopía digestiva en dos consultorios externos del mismo Hospital en dos turnos distintos, para lo cual es preciso trasladarla en ambulancia con servicio programado con código amarillo (patologías de gravedad moderada), con médico y en carácter urgente.

Con ese propósito tengo reservado el turno correspondiente en el Hospital Español para el día martes 15 de septiembre a las 8.30 horas. Para el trámite del traslado en ambulancia con médico que debí realizar el jueves 10 de septiembre desde las oficinas del PAMI-4, la funcionaria respectiva que atiende el despacho para Pañales y Ambulancias, de nombre Mara, exigió la presentación de la orden firmada por el médico de cabecera más de 48 horas antes del día del traslado. Obtenida la orden el día jueves 10, la funcionaria citada me exigió también debido a un supuesto cambio de reglamentación -en los pedidos de ambulancia con médico- de la historia clínica del paciente a trasladar firmada por el mismo médico de cabecera, cambio de reglamentación que no me exhibió ni consta en cartelera. Sospechando una nueva arbitrariedad y/o una superchería, ese mismo día jueves 10, luego de conseguir la bendita nueva orden con la historia clínica del médico de cabecera, me puse a medianoche en contacto con PAMI Escucha, atendiéndome una tal Karina, a quien le relaté el episodio, contestándome que no existía en el monitor o pantalla tal requisito de historia clínica para una ambulancia programada con médico y con código amarillo.

Al día siguiente viernes 11 de septiembre, me apersoné nuevamente en las oficinas del PAMI-4, y le exhibí a la funcionaria de pañales y ambulancias la nueva orden médica exigida, y le relaté mi conversación con PAMI Escucha. Inmediatamente se puso en contacto telefónico con el citado servicio de ambulancias del INSSJP, y esta vez le contestaron muy sueltos de cuerpo que no tenían ambulancia para esa hora del día martes 15 de septiembre. Ante semejante respuesta, que pone en peligro la ya maltrecha salud de mi esposa, llama la atención que la funcionaria de marras haya asumido con toda naturalidad e indiferencia dicha respuesta, que no haya tomado partido por el afiliado indefenso en su derecho a contar con un traslado a su destino hospitalario en horario puntual, y que no haya formulado queja alguna ante su superior el Director de la Agencia 4. A lo único que atinó dicha funcionaria, con el beneplácito de la secretaria del Director del PAMI-4, presente en la entrevista, es a citarme nuevamente para el día lunes 14 de septiembre al mediodía, el día previo al traslado, cuando restan menos de las 48 horas impuestas como límite para requerir el servicio. Según dicha funcionaria, ella volverá este lunes a insistir la presencia de la ambulancia.

Pero como ya no creo nada de esta funcionaria ni del director del PAMI-4 (que no se muestra y pone excusas para no ser molestado), pues es evidente que obedecen órdenes y que carecen totalmente de independencia operativa, y que entre estos funcionarios prevalece la defensa corporativa, la complicidad y el encubrimiento (“entre bueyes no hay cornadas”), me puse a redactar este escrito que habré de presentar a la primera hora del lunes 14 ante la Mesa de Entradas de la Superintendencia de Salud, y también lo pondré en Carta Documento para ser enviada por Correo Postal. La irresponsable respuesta de los funcionarios del INSSJP y la connivencia con la misma del PAMI-4 amenazan con hacerle perder a la paciente mi esposa el turno médico oportunamente pautado. Por cuanto sin ese estudio, no podrá sacársele la sonda naso-gástrica que la tiene maniatada, con todas las secuelas imaginables, entiendo que las autoridades del PAMI estarían incursas en el delito eventual de abandono de persona, y que por cierto no puedo ni debo esperar a que dicho delito se consuma. Por esa razón, una vez sellado el escrito en Mesa de Entradas estaré presente al mediodía en el PAMI-4 para hacer el último intento, y de no lograrlo me trasladaré a la comisaría 33 para formular la denuncia correspondiente.

Colmada mi paciencia por las penurias y abusos a las que como apoderado de mi esposa postrada he sido sometido y a las que están siendo sometidos todos los afiliados del PAMI-4, verdaderos rehenes de los funcionarios burocratizados de turno, cumplo en consignar para conocimiento de las autoridades judiciales y del Ministerio Público las deficiencias profesionales, los anacrónicos atrasos tecnológicos, las malversaciones millonarias a las que está sometido el erario del PAMI, y las privaciones burocráticas más acuciantes del servicio que presta dicha institución, cuya acusación debe extenderse por analogía iuris tantum a todas las agencias PAMI del país entero.

En cuanto a las deficiencias profesionales, en especial la de los servicios de ambulancias y la de los médicos de cabecera:

• El trámite para solicitar el servicio de ambulancias programadas, el más delicado y crucial servicio para los afiliados que se encuentran inmovilizados, está sometido –salvo los casos de extrema urgencia o riesgo vital conocidos como código rojo- al rigor burocrático de tener que molestar al médico de cabecera para que cada vez que se requiera una ambulancia programada con médico deba solicitarse la orden médica respectiva. Esto revela que no existe para el requerimiento de las ambulancias programadas -que son de código amarillo- un servicio centralizado, con un único médico a cargo para todos los afiliados del PAMI respectivo, que ahorre a dichos afiliados y apoderados tener que peregrinar buscando al médico de cabecera para un servicio que debería contar con prioridad, celeridad, unificación centralizada y urgencia perentoria;

• Por el contrario, dicho trámite para solicitar ambulancias programadas, con o sin médico, está bajo la jurisdicción de un funcionario que atiende también el servicio de pañales, lentes y audífonos, o sea un servicio que obscenamente mezcla la Biblia con el Calefón;

• Los médicos de cabecera de cada afiliado internado en geriátricos de la ciudad violan los reglamentos pues nunca visitan el establecimiento donde se encuentra internado el enfermo que les ha sido asignado;

• Las autoridades del PAMI respectivo tampoco practican control alguno de la obligación médica citada, de visitar mensualmente el establecimiento o domicilio donde residen los afiliados, y por tanto están incursas en el encubrimiento de los médicos en falta;

• Los médicos que prestan el servicio en las ambulancias programadas, que son subcontratadas por el PAMI a prestadoras privadas, son todos médicos colombianos, peruanos y bolivianos que están haciendo sus residencias en el país, y que para estas tareas de acompañantes de ambulancias son sobre-explotados por empresas privadas gerenciadoras de ambulancias, pues por no estar registrados se les paga en negro y por tanto “…no cobran aguinaldo, horas extras ni tampoco gozan de vacaciones pagas»;

• Las empresas privadas gerenciadoras de ambulancias son contratadas por el PAMI sin licitación alguna y/o con licitaciones direccionadas a lo largo y ancho de todo el país, en algunas de ellas estuvieron adosadas efigies de candidatos electorales; vienen cuando quieren y suelen demorar más de lo debido, y en otros casos se habrían trasladado cargas de estupefacientes conocidas en la jerga como narco-ambulancias, como ocurrió en Mercedes, Corrientes, en los alrededores del santuario del Gauchito Gil, y en el PAMI-Rosario, donde habrían viajado con código amarillo sin médico y/o con código verde (para traslado de recetas y medicamentos), y que para escapar al control de cualquier piquete policial cumplen con el protocolo de encender luces y sirenas.

Respecto del anacrónico atraso tecnológico de las estructuras del PAMI:

  • Las autoridades del PAMI creen que practicando designaciones discrecionales con favoritismo y sin concurso ni oposición de antecedentes se logra producir cambios sustanciales que racionalicen su servicio;
  • Las historias clínicas de sus afiliados no están digitalizadas, escaneadas ni incorporadas a un banco de datos accesible a todas las oficinas del PAMI, y el pregonado Sistema de Receta Electrónica pareciera no estar vigente ni conectado a dicha historia clínica;
  • Pese a la ampliación presupuestaria y debido a las designaciones discrecionales, a las contrataciones sin licitación pública, y a la malversación millonaria a las que está sometido el PAMI por la adquisición forzosa de bonos del tesoro, las oficinas del PAMI carecen de una informatización de las historias clínicas, de un seguimiento personalizado de los afiliados, y de un servicio sistemático integrado que conecte vía internet los establecimientos geriátricos con las farmacias, laboratorios y droguerías, con los médicos de cabecera, con las historias clínicas del paciente, con los hospitales asignados a su atención personalizada, y con las empresas gerenciadoras de ambulancias (Teleassessment System for Geriatric Patient);

Y en cuanto a las deficiencias y vicios burocráticos:

  • Las autoridades del PAMI restringen la atención del público a un horario más estrecho que el de los Tribunales pues a partir del mediodía sus oficinas dejan de prestar servicio alguno;
  • Se somete a los afiliados del PAMI y a sus apoderados, la mayoría con edad avanzada y problemas de salud, a madrugar para poder sacar turno, restringiéndose la cuota del mismo a sólo treinta (30) números;
  • Se obliga a los afiliados que concurren a sus despachos a salir a la calle, llueva o truene, para buscar un kiosco que les preste el servicio de fotocopiado para sus credenciales, documentos de identidad, recetas, y/o recibos de jubilación o pensión;
  • Se preserva el anonimato de los funcionarios del PAMI que atienden a los afiliados pues carecen de una etiqueta de identificación en sus solapas, con su nombre, apellido y función o jerarquía, que se estila en todos los organismos públicos;
  • Se cultiva en los Manuales e Instrucciones del PAMI publicados en Internet expresiones de deseos y buenas intenciones pero ausentes de toda sinceridad y franqueza y absolutamente carentes de un plan de desarrollo en materia comunicacional informática.

Como entiendo que el sistema a cargo del PAMI se encuentra colapsado, corrompido y vaciado por un millonario préstamo forzoso con bonos del tesoro argentino, al que fue sometido y oportunamente consentido por su Director Luciano Di Cesare, y que las severas deficiencias del servicio que presta están incursas en el abandono de personas tipificado por el Código Penal, y castigado con penas de prisión e inhabilitación para cargo público alguno, no he tenido más remedio que apelar a la Superintendencia de Salud para agotar la vía administrativa y poder así iniciar la denuncia policial y también la denuncia penal correspondiente.

Cordialmente,

Eduardo R. Saguier

DNI 4394928

Cel.: 1533573721

Correo electrónico: saguiere@ssdnet.com.ar

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