Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió el juez Sebastián Casanello al detener a Lázaro Báez cuando llegaba al aeropuerto de San Fernando procedente de Río Gallegos en un avión de su empresa Top Air.

Al principio se dijo que había sido detenido con su hijo y con el contador Daniel Pérez Gadín y su hijo, que aparece en el video contando millones de dólares con Martín Báez. Esto demuestra que Lázaro Báez y Pérez Gadín están dispuestos a hablar y no los detuvieron porque se iban a fugar sino para protegerlos en caso de que otros intentaran impedir que hablen.

En la legislación argentina con las modificaciones pedidas por el GAFI, se sancionó la ley 25.241 para casos de terrorismo, donde el imputado puede obtener la reducción de la pena a la escala de tentativa antes de la sentencia definitiva si colabora eficazmente en la investigación. Esa ley prevé incluso la posibilidad de aplicar la pena mínima en caso que el imputado al declarar acredite una asociación ilícita o la intervención de otras personas que no están imputadas hasta el momento de su colaboración. Traducido al castellano, si se prueba que Néstor, Cristina y Máximo Kirchner integraron esa asociación delictiva, gozarían de los citados beneficios. Y con la sanción de la ley 26.364, que se incorporó al artículo 41 del Código Penal, se prevé la posibilidad de la pena de un tercio del máximo y en la mitad del mínimo para quienes, siendo partícipes, brinden información útil en los casos de secuestros extorsivos.

Finalmente, con la sanción de la ley 26.683 -también exigida por el GAFI- para salir de la zona gris, se dispuso que las previsiones contenidas en la ley 25.241 serán aplicadas a los procesos por el delito de lavado de dinero de origen delictivo (Art. 303 del Código Penal).

El juez puede, entonces, aplicar las disposiciones anteriormente citadas. Es decir, si Báez denuncia a personas que no estaban imputadas y que eran y son los jefes de esa asociación ilícita, puede recibir los beneficios. Si se confirmara que Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors, es -como dice Carrió- un operador y un ordinario, éste sería ahora el muchachito de la película, ya que a Báez sólo podría convencerlo otro «atorrante» como él.

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