Por Guillermo Cherashny.-

La Cámara Federal aceptó el recurso de queja del Dr. Sergio Rodríguez, procurador de investigaciones administrativas, sobre el sobreseimiento de Gustavo Arribas, el jefe del espionaje local, quien fuera favorecido por el desprestigiado juez federal Rodolfo Canicoba Corral, y del ex prestigioso fiscal de Cámara Germán Moldes, quienes no quisieron esperar a que declarara el arrepentido brasileño Leonardo Meirelles, quien comprometió a Arribas en información difundida por un consorcio de periodistas de Sudamérica con sede en Perú, donde señalan que le había enviado cinco transferencias por un total de 594.000 dólares en los tres días posteriores a la readjudicación del soterramiento del tren Sarmiento en favor de una UTE que integraban, entre otras, las empresas Odebrecht y IECSA, la constructora de Angelo Calcaterra, el primo hermano del presidente Macri, que se cotizó en 2000 millones de dólares que financiaría el BNDES de Brasil. Pero el estallido del mensalao y el lavajato impidieron ese financiamiento y el estado sólo compró la tuneladora en Alemania. Pero hubo un adelanto equivalente a 60 millones de dólares que recibió Odebrecht y tres días después Gustavo Arribas -según Meirelles- recibió 10 o más transferencias por un total de 850.000 dólares por encargo de Odebrecht, que eran coimas o propinas, y también menciono a la empresa IECSA. De ahí que el gobierno quede en ridículo al decir que vendió un departamento, que no era funcionario o que podría ser una comisión por el pase de un jugador de fútbol.

Meirelles fue claro: Odebrecht, IECSA, Arribas y coimas, y pasa a segundo lugar que el soterramiento lo concedió el cristinismo, que obviamente recibió las mayores coimas. Pero IECSA, del primo presidencial, era socio de la constructora Odebrecht, que admitió el pago de coimas por 35 millones de dólares que podrían haber recibido el gobierno nacional y las constructoras locales y extranjeras. De ahí el argumento de que arribas no era funcionario sino broker de jugadores de fútbol no tiene valor, porque es íntimo amigo del presidente y con relaciones con Angelo Calcaterra, el dueño de IECSA en ese entonces pero que hace un mes vendió su empresa a Marcelo Mindlin.

Lo curioso del caso es que Calcaterra fue beneficiario de un DNU del presidente Macri que de 2000 millones de dólares lo subió a 3.000 millones dólares, por lo cual no se entiende por qué vendió su empresa después obtener una obra faraónica y sólo se explica si lo hizo temeroso de que las revelaciones del lavajato de Brasil, que se conocerán en junio próximo, lo vinculen al cobro de las coimas de Odebrecht, ya que nadie vende una empresa a la que le adjudicaron esa obra pública con comienzo de ejecución y la parte más importante del paseo del bajo por 3000 millones de pesos. Es muy raro vender una empresa cuando tiene obras a ejecutar encargadas por el estado con jugosos beneficios, salvo el temor al escándalo y a las consecuencias penales.

Share