Por Guillermo Cherashny.-

Los audios que terminaron con el desplazamiento Juan Gómez Centurión de la Administración de Aduanas tuvieron, como se dijo en varias columnas, una acción perfectamente ejecutada por Silvia Majdalani, la segunda de la AFI, y Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, aunque los motivos no están claros.

Para sacarlo de su cargo se necesitaron audios que lo comprometieran con la corrupción y, aunque se demuestre que fueron editados, es difícil que Gómez Centurión vuelva a la Aduana.

Si bien se mencionó poco, parece que la causa fue su oposición a los envíos puerta a puerta, que no le gustaban porque decía que podrían contener droga, lo cual motivó el enojo de Lopetegui y Quintana, y quizás de Macri, y ahí se canalizó a Majdalani y Bullrich, autoras de todas las maniobras sucias del gobierno.

La actitud de Bullrich de recibir escuchas ilegales, no hablar con el mencionado y directo con el presidente demuestra claramente que la intención era echarlo sin derecho a defensa y ahora es todo show para que el ex comando no se enoje y crea que lo voltearon las «mafias». Es posible que algunas de esas mafias contribuyeran económicamente a la campaña Macri 2015 y cuando Gómez Centurión los rozó, ahí terminó su gestión en la Aduana. Puede ser que después de un tiempo vuelva a otro cargo que no sea la aduana o bien que sea mimado en el llano, con el peligro de que cuando se dé cuenta de que lo incineraron haga ruido político.

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