Por Guillermo Cherashny.-

En estos tiempos que se habla mucho del juez federal Sebastián Casanello. Cabe señalar que en el período 2012/03, el FpV no tenía mayoría y necesitaba un voto más para designar a cuatro nuevos jueces federales, a saber, Luis Rodríguez, Sebastián Ramos, Marcelo Martínez Di Giorgi y Sebastián Casanello. La UCR, que tenía los legisladores por la minoría, se negó, pero el voto para las designaciones salió del Dr. Alejandro Fargosi, quien fue electo por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, en una elección en donde el Dr. Jorge Rizzo fue derrotado por la oposición encarnada por el PRO, que propuso a Alejandro Fargosi. Después de esta derrota, Rizzo selló una alianza con Daniel Angelici, por la cual en el 2015 apoyó la candidatura de Mauricio Macri en el 2015 y que le permitió así ganar con holgura la última elección para la presidencia del colegio.

En esos tiempos, Federico Pinedo, entonces diputado nacional, justificó el apoyo a las cuatro nominaciones diciendo: «votamos tres malos y uno bueno». El bueno era Sebastián Casanello, entonces secretario letrado de la Cámara Federal, que tenía que ocupar una subrogancia que tenía Norberto Oyarbide, que había procesado a Macri por la causa de las escuchas ilegales y el compromiso era que desprocesaría al entonces Jefe de Gobierno en esa causa que muchas veces escribimos que estaba totalmente armada en contra del actual presidente. Pero Casanello también tenia un compromiso ante el cristinismo, que era no investigar la corrupción K.

Cuando Jorge Lanata en PPT investigó la conexión Fariña-Báez a través del lavado en la cueva de Federico Elaskar, Casanello encubrió en forma evidente a Lázaro Báez y sólo procesó a Fariña y Elaskar, argumentando que los dólares lavados por Elaskar provenían de Juan Suris, el procesado por lavado de dinero del narcotráfico en Bahía Blanca.

Casanello desechó expresamente que proviniera de Lázaro Báez. Es más, dijo que no había ningún elemento. Y así fue que el cristinismo lo promovió para la vacante que hay en la Sala 1 de la Cámara Federal, junto al juez penal económico Javier López Biscayart. La promesa a Casanello era que, si sobreseía a Báez, sería camarista. Pero la cercanía de las elecciones se lo impidió y el resto es historia conocida. Apareció el video contando millones de dólares en La Rosadita y ahí no tuvo más remedio que procesar y dictarle la prisión preventiva a Lázaro Báez. Y la semana pasada confirmó que pensaba elevar la causa a juicio oral con Lázaro Báez como cabeza del lavado de dinero proveniente de la emisión de facturas truchas.

Ahí estallo la familia Báez y salió Leandro con nuevos abogados y Lázaro pidiendo una audiencia ante la Sala 2 de la Cámara Federal, amenazando con revelar reuniones secretas entre la ex presidente, Báez y el juez Casanello, quien ayer desmintió esas reuniones. Pero su designación por el FpV y la intención de ascenderlo a camarista por el cristinismo lo condenan a la sospecha de que asumió compromisos con el cristinismo, no se sabe si con Cristina o Julián Álvarez, Juan Martín Mena o «Wado» de Pedro.

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