Por Alexis Di Capo.-

La explosión de la cadena de las coimas kirchneristas desató una serie de repercusiones políticas. Uno de los ejes es cómo incidirá el tema en la situación de Cristina Kirchner, que suma tres procesamientos hasta ahora. Tal como se está dando el tema, muchos apuestan a que ésta sumará un nuevo procesamiento, dadas las características de las revelaciones sobre el tráfico de las coimas, que en muchos casos terminaba en el domicilio particular de los Kirchner. De ser así, lo más probable es que estemos cerca de un nuevo pedido de desafuero por parte de Claudio Bonadío. Éste fue justamente el que realizó el primero ante el Senado, pocos meses atrás y en referencia a las responsabilidades penales por el Memorándum de Entendimiento con Irán. El desafuero fue tratado en la Comisión de Labor Parlamentaria y se definió que el período de 180 días para el tratamiento del mismo es de días hábiles y que el plazo corre desde el 21 de marzo, por lo que esa discusión se aplazó hasta el mes de noviembre. Ahora, la perspectiva de un nuevo pedido de desafuero tendría características especiales: en el caso del Memorándum con Irán está en juego un debate político pero en la causa de las coimas la cuestión se centra absolutamente en una maniobra de corrupción que da para hablar de asociación ilícita. Miguel Ángel Pichetto fue el vocero del Senado en plantear que debía aplicarse una regla que no tiene excepciones. Es decir, que sólo procede el desafuero cuando existe una condena firme, o sea inapelable. De cualquier modo, si la causa de las coimas generara un nuevo pedido de desafuero, el tratamiento del tema sería más controvertido entre los senadores.

El nuevo escándalo seguramente entonces no conseguirá que CFK pierda la protección del Senado pero sí tendría en cambio efectos políticos importantes, porque obligaría a que ella salga de su actual mutismo y se potencia nuevamente la polarización entre el cristinismo y el gobierno.

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