Por Alexis Di Capo.-

Imputado por supuesta extorsión a varios empresarios investigados en la causa de los cuadernos y por sospechas de ser el cajero del fiscal federal Carlos Stornelli, Marcelo D’Alessio saltó a la fama en los últimos días. Detenido a disposición del juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, D’Alessio, en sus primeras declaraciones, desligó a Stornelli de cualquier sospecha. Conocido traficante de influencias, D’Alessio se hizo notar a su paso por ENARSA, de cuyo directorio fue desalojado por el macrismo.

En poco tiempo se convirtió en un supuesto especialista en narcotráfico y se vinculó con distintos sectores del oficialismo. Lo que no trascendió es que durante varios meses este singular personaje se sumó al equipo de trabajo de Elisa Carrió, a la cual le proporcionó valiosos informes sobre los manejos del kirchnerismo en el área energética. Algunas denuncias de Carrió se habrían originado en la documentación aportada por D’Alessio. Sin duda éste sería el motivo de que Carrió no haya dicho una sola palabra sobre D’Alessio y que mantenga una marcada prudencia acerca del tema.

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