Por Guillermo Cherashny.-

Hace dos días escribimos que Julio de Vido, el ex Ministro de Planificación, fue el encargado de manejar la caja de todos los retornos después de la muerte de Néstor Kirchner, quien se encargaba personalmente de centralizar todo, donde De Vido era el principal aportante de retornos, pero Ricardo Jaime se manejaba directo con el ex presidente y varios empresarios se la llevaban directamente bien contada, porque sabían que él la volvía a contar.

Cristina nunca lo quiso a De Vido y se manejaba con Alberto Fernández, aunque sabía perfectamente del sistema recaudatorio, ya que encubrió los fondos desaparecidos de Santa Cruz que manejo Aldo Ducler cuando se investigaron la cajas en diputados en el 2000 y se opuso a que se descubriera algo en Mercado Abierto, la financiera de Aldo Ducler.

En el 2007, cuando asumió Cristina la presidencia, le aconsejó que no confirmara a De Vido, Jaime y José López, el secretario de obras públicas, y todo el quipo de Planificación, porque sabía que tarde o temprano eso se iba a saber. Pero CFK, como socio de Néstor, se negó, y a la muerte éste lo designó a De Vido como el recaudador general y operador principal en tribunales, donde financió una nueva «cadena de la felicidad», aunque poco generosa, porque los federales no investigaban por temor reverencial.

Después que Lanata revelara la ruta del dinero K, De Vido y CFK entraron en emergencia y la principal tarea era seguir recaudando para encubrir el destape. Y así se hizo hasta el 2015, aumentando la cuota mensual. Pero cuando Macri ganó la segunda vuelta, tribunales y abogados defensores pedían más dólares, porque después de Periodismo para Todos se sabía que había miles de millones de dólares y euros. Y así, a partir de diciembre, la cuota subió a 3 millones de dólares mensuales y siguió hasta marzo incluido. Pero con la aparición del video de La Rosadita contando los dólares se pudrió todo y la presión social se hizo indetenible. Y este fin de mes, Julio de Vido aviso que no pone más.

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