Por Guillermo Cherashny.-

Mucho se ha especulado sobre la cantidad de millones de dólares que tiene José López, a quien sorprendieron arrojando más de 9 millones de dólares hacia el Convento de la Señora de Fátima en General Rodríguez. Se especula que ese monto era la caja chica del ex Secretario de Obras Públicas, que dominaba todo el área de Vialidad Nacional, es decir, rutas y vivienda, donde se manejaron supuestas licitaciones que se estiman entre 40.000 millones y 100.000 millones de dólares. Y si el adelanto era del 15%, tendríamos entre 6.000 y 15.000 millones de dólares. Pero hay que tener en cuenta que la mayor parte iba a parar a Néstor Kirchner y luego a Cristina, y que también se llevaban su parte los gobernadores e intendentes de todos los sectores políticos, por lo cual la torta de Lopecito se achica considerablemente y, si además los repartía con tres hombres claves como Sandro Férgola, ex subdirector de Vialidad Nacional, Sergio Passacantando, el gerente administrativo de esa dirección, y Guillermo «Ñoqui» Fernández, otro asesor, se ve que el botín se repartió entre varios, sin olvidarse de Nelson Periotti, Director de Vialidad por muchos años.

Todo esto suponiendo que Julio de Vido no se llevaba otra parte. Lo interesante es saber que, si los empresarios integrantes de la Cámara Argentina de la Construcción pagaban el 15% de retorno, hay que inventariar qué ganancia tenían y eso depende del sobreprecio que había en la obra y si ésta no se terminaba, como era la especialidad de Lázaro Báez. Pero la gran mayoría, en general, terminaba la obra y es poco creíble lo que declaró Juan Chediak, el nuevo presidente de la CAC. El anterior fue durante doce años Enrique Wagner de Esuco.

Da la casualidad de que Chediak, Wagner y Calcaterra eran socios con Báez en la licitación de las represas santacruceñas pero se retiraron cuando Jorge Lanata destapó la ruta del dinero K, por lo cual existe la sospecha bastante probada de que todos los empresarios de la construcción pagaban el 15%, porque si no, ganaban las licitaciones que se hacían mediante la cartelización de empresas, como denunció Roberto Lavagna en 2005, y por eso fue echado por Néstor Kirchner.

Cristina, el otro día, responsabilizó en Facebook a López y los empresarios de esas coimas y se lavó las manos en un mensaje a su militancia que suena a una mentira consumada. Pero indudablemente una investigación seria no se debería limitar solamente a José López y sus colaboradores sino a todas las empresas, como se hizo en Brasil. Pero para eso es necesaria la aprobación de la ley del arrepentido, como pasó en Brasil, donde hay empresarios presos.

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