Por Rodolfo Patricio Florido.-

Donde se audita aparece corrupción. Fuentes ligadas al Ministro de Defensa de la Nación, el radical Julio Martínez, confirmaron, obviamente pidiendo reserva de identidad, que un hecho sucedido muy recientemente provocó tirantez entre el Comandante en Jefe del Ejército y el Ministro. Los cinco auditores que habían sido enviados a la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán para investigar situaciones que presumían oscuras fueron intoxicados en oportunidad de comer en el interior de la misma. Llamativamente, compartieron la mesa con otros funcionarios de esa dependencia militar y ninguno de ellos sufrió la fuerte indisposición que los habría obligado a dirigirse a un hospital en donde se confirmó, en el mejor de los casos, una fuerte y selectiva intoxicación.

Además y como para que no quedaran dudas, ya en el hospital o cerca de éste, una persona se les acercó y les sugirió, no muy amablemente, que desistieran de auditar esa dependencia militar si no querían repetir circunstancias similares o peores a la que los había depositado en el nosocomio.

Lejos de amedrentarse, los auditores informaron todo lo sucedido y la respuesta del Ministro de Defensa fue tajante y respaldatoria. Ordenó que efectivos de otra fuerza militar se dirigieran a la dependencia del Ejército y acompañaran la tarea de los auditores.

Obviamente esta situación no cayó muy bien en las autoridades militares superiores, que se lo habrían hecho saber al ministro. Según las fuentes, el ministro, lejos de amilanarse, ratificó el procedimiento, confirmó la presencia de los militares pertenecientes a otra fuerza y ratificó a los cinco auditores.

Las sospechas son muchas y transitan en diferentes frentes. Personal nombrado políticamente por el anterior gobierno y que no cumplen funciones específicas y desaparición de grandes cantidades de armas, explosivos y municiones. Esta situación no es nueva, pero con anterioridad había sido obviada, a pesar de que en su momento el otrora Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, había denunciado el faltante de armas y explosivos de esa fábrica y del arsenal ubicado en la misma localidad de Fray Luis Beltrán. Curiosamente, luego de que se hiciese pública la denuncia del funcionario, la investigación entró en un cono que algunos llamaron de silencio y otros lo caracterizaron de sospechosamente cómplice.

Tiempo después, más precisamente el 20 de febrero del 2015, el diputado nacional de la UCR Julio Martínez, hoy en día a cargo del Ministerio de Defensa, había denunciado que: “Preocupa que parte (del arsenal sustraído) alimente a organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico»… «el aparente descontrol sobre los arsenales en poder de nuestras Fuerzas Armadas no es ajeno al aumento de la venta ilegal de armas». Finalmente señaló… la «escandalosa desaparición de armamento que se viene sucediendo a lo largo de estos últimos 10 años» y responsabilizó a «La Cámpora, como interventora de Fabricaciones Militares» y a «Milani, como jefe del Ejército».

Ahora, Julio Martínez, ya Ministro a cargo de la cartera de Defensa, inició lo que había pedido como diputado nacional y no había logrado. Esto es, que «la Auditoría General de la Nación realice un arqueo de los arsenales de las Fuerzas Armadas y la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán».

Por aquel entonces, hace apenas un año, Julio Martínez que, en su calidad de diputado, era también vicepresidente de la Comisión de Defensa, arriesgaba con la protección de sus fueros lo que ahora debe probar en ejercicio de la función pública. Una de las expresiones del ahora Ministro esta resonando muy fuerte en algunas usinas militares y políticas relacionadas con el pasado inmediato. Ésa es: «durante los últimos 10 años, en importantes unidades del Ejército y la Fuerza Aérea, se registraron graves hechos que involucraron municiones, proyectiles y armas de puño y de guerra, que luego se contrabandean al exterior o terminan en manos de delincuentes locales»… «sorprende y preocupa» que «por el peso y volumen sustraído, difícilmente puede haberse realizado sin la complicidad de determinados mandos de las Fuerzas Armadas»… Por último, indicó que «cuando no hay seguridad, el material bélico almacenado en los arsenales militares que se acumula y no se controla diariamente de manera rigurosa, termina en manos del crimen organizado».

Tal parece que el presunto envenenamiento de los auditores estaría demostrando que la preocupación es mucha y que hay sectores políticos, militares y sindicales que no quieren terminar testificando en tribunales. Algunos incluso sospechan que algunas protestas laborales que se estarían gestando lo único que buscaría es usar a los empleados encubriendo el motivo real de algunos dirigentes y el motivo real sería la existencia de algunos “negocios” oscuros y el sostenimiento de empleados ñoquis que responden a necesidades políticas del pasado inmediato.

Al momento de escribir esta nota no pudo verificarse si el envenenamiento u intoxicación fue denunciada y si se hicieron pruebas físicas sobre los auditores para poder establecer que habían ingerido. Obviamente si la denuncia fue hecha o será realizada, también buscaría identificarse a la persona que luego del hecho se les acercó para “sugerirles” que no vuelvan a la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán.

También llamó la atención que luego del hecho, hubiese habido sindicalistas de ATE que se expresaron en contra de la Auditoría indicando, según fue reflejado por distintos medios (http://sl24.com.ar/2016/02/fabrica-militar-fray-luis-beltran-trabajadores-sin-trabajar-y-auditoria-para-revisar-contrataciones). “Actúan como si estuvieran en una dictadura”, se quejaron los operarios beltranenses durante la asamblea de ayer. “No está mal que venga auditoría”, aclararon, “pero estos tipos entraron con soldados, una gran cantidad, y parece que son infantes de marina, andan con mochilas al hombro y están armados con fusiles todo el tiempo. Y caminan con los auditores entre nosotros, los laburantes, tratando de manera marcial a todo el mundo. Nunca paso algo así”. Claro que nada dijeron de la intoxicación de los Auditores cuando llegaron solos para realizar lo que en teoría sería una acción normal.

En resumen, el tema es gravísimo porque tiene el potencial de comenzar a desentrañar negocios oscuros, tráfico de armas, uso político de ese tráfico de armas y hasta podría rozar o complicar a ex Ministros y a las autoridades del RENAR durante el pasado gobierno. Un funcionario nos dijo: “Una cosa es que los delincuentes y los narcotraficantes consigan armas, otra cosa es que se las dieran algunos funcionarios corruptos del Gobierno”.

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