Por Guillermo Cherashny.-

Ayer el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi ordenó el allanamiento de las oficinas de Odebrecht, Guella y IECSA, la constructora de Franco Macri cedida por leasing a Angelo Calcaterra, su sobrino y primo presidencial, recientemente comprada por Marcelo Mindlin, dueño de Edenor y hace poco de los activos de Petrobras en la Argentina, por lo cual está investigado por la justicia brasileña.

Mindlin, primo hermano de Héctor Timerman, creció en el kirchnerato comprando Edenor, pero en Río Negro se dice que sería testaferro del magnate británico Joseph Lewis, dueño de Lago Escondido, en conflicto con los ciudadanos de Río Negro.

Da la casualidad que el presidente es íntimo amigo de Lewis, por lo cual la compra de Mindlin de IECSA y Petrobras, y otros activos importantes, demuestra que su crecimiento exponencial durante el kirchnerato y el macrismo obedece a su cercanía a Lewis, protegido durante estos últimos años por todos los gobiernos, por lo cual no sólo sería dueño de una estancia en un lugar paradisíaco con aeropuerto propio sino que tendría, a través de sus hombres, un conglomerado industrial similar a la de la multinacional argentina Techint.

Mindlin es el empresario de moda que compra a todos y que sacó de un apuro al presidente, ya que el allanamiento de IECSA en manos de Angelo Calcaterra lo salva al presidente de una conexión con el escándalo de Odebrecht. Pero el presidente puede estar en un problema, porque mediante un DNU de 2016 subió el presupuesto del soterramiento del Sarmiento de 2000 a 3000 millones de dólares, que Odebrecht y IECSA reclamaron en 2014 y José López, el corrupto de los bolsos, se negó a convalidar, lo que año y medio después hizo el presidente Macri, quien aceptó los reclamos de las cuatro empresas que conforman la UTE del soterramiento del Sarmiento.

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