Por Guillermo Cherashny.-

Lejos en el tiempo quedaron esos días en los cuales José López estaba en una profunda depresión por su escandalosa excursión al convento entrando bolsos llenos de 9 millones de dólares, cuando había designado defensora a la abogada hot. Unas semanas se hizo el loco y tenía visiones y delirios místicos hasta que encontró a un viejo vecino y compañero de gabinete como fue Ricardo Jaime, el ex secretario de transporte, quien le levantó el ánimo con una frase que retumbó en sus oídos: «Si aguantamos al furia y a la loca durante doce años en Santa Cruz, Ezeiza es un paraíso», lo que provocó que se rieran a carcajadas los dos, que estaban en módulos distintos y finalmente se reunieron en el módulo 1, y los restantes 28 presos empezaron a almorzar y cenar muy bien, gracias a las generosas donaciones de los dos ex secretarios, quienes aportan una comida que en la cárcel no hay.

Pero no sólo eso, sino que ambos reciben tres veces por semana visitas higiénicas de jóvenes que en mercado valen 500 dólares pero por visitarlos y satisfacerlos en el penal suben sus estipendios a 1000 dólares cada vez.

Además de todo esto, ven la televisión, aunque no programas políticos, y están convencidos de que en dos años, bien en las prórrogas de seis meses, estarán libres, por lo cual, aunque algunos crean que se van a quebrar y convertirse en arrepentidos para delatar su ex jefa, a ellos no les pasa por la cabeza convertirse en buchones. Fuentes bien informadas señalan que Julio de Vido y su ex secretario privado José María Olazagasti se encargan de los gastos y placeres personales de los hoy reclusos.

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