Por Guillermo Cherashny.-

El proyecto de ley del arrepentido que propone la Oficina Anticorrupción es bastante completa, aunque hay un problema de fondo que hay que solucionar: es que el Código Penal tiene penas leves para los delitos contra la administración publica y que el delito de corrupción no está legislado y hay una jurisprudencia zaffaronista de deja en libertad a imputados, procesados y también condenados hasta que la sentencia sea firme, o sea, fallo de Casación o, en ciertos casos, la Corte Suprema. De ahí que habría que aumentar las penas de este tipo de delitos. Pero de todas formas, para el lavado de activos de origen ilícito -como dice el fiscal Raúl Pleé- ya existe una figura muy parecida a la «delación premiada», como existe en Brasil por la ley 26683, que en el acuerdo con el GAFI permite reducir la pena a la mitad u otorgarle el mínimo en la sentencia o por el juez de primera instancia, que también tiene facultades para proteger a testigos arrepentidos o bien culpables, como sería el caso de Lázaro Báez, que se podría acoger a ese beneficio si compromete a la familia Kirchner, los jefes reales de la organización ilícita que depredó la Argentina durante doce años.

La limitación del proyecto de la OA es bien intencionada y les niega el beneficio a los jefes. Y en este caso que tiene el juez Sebastián Casanello, impediría que Báez se convierta en un arrepentido, pese a lo que aconseja el fiscal Raúl Pleé.

En los Estados Unidos, esa institución del arrepentido es más amplia y hay un leading case que se utilizó para desbaratar en los años ‘90 a la «famiglia Gambino» una de las grandes familias de la mafia neoyorquina. Al morir Carlo Gambino fue sucedido por su cuñado «Big Paul» Castellano, que no era un mafioso de las calles y en un acto inédito, los «capitanes» John Gotti y Sam «El Toro» Gravano asesinaron a Big Paul a la entrada del restaurante Spark House en la 53 de esa ciudad, con los cual se consagró como jefe John Gotti y como subjefe Sam «El Toro» Gravano, el killer de esa familia que cuando fue detenido por intercepciones telefónicas por el FBI se autoinculpó como autor material de 48 homicidios y se le dio el status de arrepentido con dos años de prisión en régimen de protección de testigos y desbarató a toda la familia Gambino con John Gotti a la cabeza, que fue condenado a perpetuidad y detenido en la cárcel de máxima seguridad de Marion, Illinois, donde murió 10 después. En cambio Gravano recuperó en dos años su libertad y escribió un libro sobre la familia Gambino y los 48 homicidios que cometió pero el objetivo de la fiscalía del distrito sur de Manhattan se logró la destrucción total de la familia Gambino, que aterrorizó durante más de 50 años al pueblo de Nueva York, lo que demuestra que si el objetivo es detener a la familia Kirchner, cualquier arrepentido sería válido.

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