Por Guillermo Cherashny.-

En una excelente nota de Hugo Alconada Mon en «La Nación», se dice que entre los ejecutivos de Odebrecht condenados por el lava jato, Leonardo Mirreles confesó que le transfirió 600.000 dólares a una cuenta de Gustavo Arribas un día después de la adjudicación del soterramiento del tren Sarmiento en el 2013. Esa obra en la línea del Sarmiento, que en ese entonces estaba en manos de Claudio Cirigliano, que manejaba casi todas las líneas de colectivos de CABA, explica la relación de Cirigliano con Macri a través de Guillermo Dietrich como secretario de transporte de la Ciudad y esa obra se venía trabajando desde el año 2008 desde el gobierno de la Nación y de la Ciudad, porque desde la estación Plaza Miserere hasta Liniers en la Capital Federal, la adjudicación otorgada por la ex presidente, Julio de Vido y Randazzo fue a un consorcio de Odebrecht, IECSA de Angelo Calcaterra y la italiana Ghella. Fue por 1500 millones de dólares, que aportaba la constructora brasileña a través del BNDES, el Banco de Desarrollo de Brasil. Le aseguraba la mayoría a la empresa brasileña y 700 millones de dólares serian aportados por el estado argentino.

Cuando explotó el Petrolao y el Lava Jato y se produjo la detención de Marcelo Odebrecht, la obra quedó paralizada, hasta que en junio del 2016, por un DNU emitido por el presidente Macri, se la readjudicó al mismo consorcio pero ahora encabezado mayoritariamente por IECSA de Angelo Calcaterra -primo presidencial- por 3000 millones de dólares, o sea 800 millones de dólares más. Es factible de ser impugnada, ya que al no aportar el financiamiento la constructora Odebrecht, debió llamarse a una nueva licitación y no readjudicarla al socio minoritario, que es un primo del presidente y sin financiamiento exterior -que no pudo obtener- y por la increíble suma de 3000 millones de dólares, cuando construyendo un número importante de pasos a nivel la obra se puede hacer por 300 millones de dólares. El soterramiento del Sarmiento es una obra antigua que no tiene sentido y cuyo costo la convierte en una obra faraónica que no se debe hacer.

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