Por Jorge Luis Vitale.-

Gustavo Vera, el amigo del papa, vende humo. Con la amistad de nuestro Jorge Mario Bergoglio, se instala en las iglesias y parroquias, para hacer política partidaria, con el objetivo de realizar un mapa del delito sobre cada sector. Pero la realidad es que de este modo evita tener locales partidarios y utiliza a la iglesia católica. Se limita hablar de sus bondades, que renuncia a su sueldo de legislador, pero mediante la ONG Alameda, que preside, recibe subsidios de la Nación, las provincias y municipios por cifras abultadas.

Con esta mecánica vende a otros partidos y agrupaciones el respaldo que tiene de la gente, cuando en las elecciones no puede ni llegar a ser comunero.

En las últimas elecciones fue candidato a jefe de gobierno, a diputado, etc. Además, conserva su cargo, que vence el próximo 10 de diciembre del 2017, por introducirse en la lista de Lilita Carrió, con la cual ahora esta peleada.

Ahora se unió con lo mejor: D’Elía, Partido Miles, Boudou, Esteche, Mariotto, etc. Falta Al Capone. Si esto fuera poco, reparte rosarios bendecidos por el papa Francisco. En estos momentos pretende hacer en la provincia de Buenos Aires lo mismo que realizó en Capital Federal, pero los sacerdotes y obispos se niegan a este manejo que pudo realizar por ser amigo del papa.

Éste es el amigo del papa involucrado en varias causas, en especial en sus orígenes, cuando quebró su pizzería, justamente con el nombre Alameda. Luego se dedicó a talleres de costura y otros menesteres, pero además se hace nombrar depositario de máquinas que utiliza para beneficio propio en las causas que denuncia por trabajo esclavo, como la causa a que hago referencia a continuación.

Según publicó la revista Noticias, el expediente número 7285/2016 lleva como carátula: “Vera, Gustavo Javier y otro s/ Malversación de Caudales Públicos”. La causa estuvo a cargo del juez Ariel Lijo, quien confiscó 19 máquinas y demás insumos destinados a la confección de ropa. En el procedimiento detuvo además a los responsables del taller, los ciudadanos bolivianos Faustino Mamani Chinche y a su esposa, Reyna Calizaya, y le ordenó a Gendarmería que se hiciera cargo de la custodia del taller y todo lo que se encontraba adentro. Estos son los amigos del campeón, que nada bien le hacen al papa. Pero yo no le voy a manejar sus amigos; solamente los describo y me faltaron Moreno, Marta Cascales, Cristina, Milagro Sala, etc.

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