Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente el presidente Macri dio marcha atrás con la autorización para Avian -ex Macair- la empresa aérea que todos creen que el dueño es Franco Macri, pero que en realidad pertenece a Socam-Sideco, es decir al presidente, sus hermanos, sus sobrinos y sus hijos del primer matrimonio, lo que constituye un claro conflicto de intereses.

Si bien Avianca compró Macair en 10 millones de dólares, lo hizo porque al comprar una empresa del presidente y querer rutas aéreas es obvio que corre con ventaja sobre la otras compañías. Y como si esto fuera poco, el nuevo CEO de Avian -así se llama la nueva empresa de aviación es Sergio Mastropiero procesado en la causa de las coimas del caso Skanska, donde era el dueño de una usina de facturas truchas llamada Infinit Group, que desató una investigación de la AFIP y luego del juez Javier López Biscayart, del penal económico, que luego fue desplazado por la justicia federal, que cerró el caso y que hace un mes la Corte Suprema ordenó reabrir.

En su momento, todos pensaban que Mastropiero era un hombre de Julio de Vido. Ahora se demuestra que la usina de facturas truchas era para la constructora IECSA de Angelo Calcaterra, que fue sobreseída por el entonces juez Guillermo Montenegro, que luego pasó a ser ministro de justicia y seguridad del gobierno de CABA, que lideraba el actual presidente.

El personaje más conocido es Carlos Colunga, el amigo de toda la vida de Franco Macri, que quedó como vicepresidente, lo que haría sospechar que Macair no se vendió a Avianca o bien que son una sociedad para operar las rutas argentinas.

La decisión del presidente de pedir la opinión y posterior aprobación de la oficina anticorrupción que dirige la dirigente del PRO Laura Alonso es una tomadura de pelo, ya que de antemano se sabe que Alonso dirá que no hay conflicto de intereses.

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