Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente la poderosa aceitera Vicentin se presentó en convocatoria de acreedores después de ser beneficiaria de créditos del Nación y el Provincia por 500 millones de dólares, cuando ningún banco privado se negó a prestarle a esa compañía por considerar que su CEO Sergio Nardelli, hijo de una Vicentin, se estaba sobrexpandiendo comprando la división yogures, flanes y postres de Sancor y construyendo una bodega boutique en la provincia de Mendoza.

En efecto, Sergio Nardelli es íntimo amigo del ex presidente Macri, ya que se constituyó como el principal financiador de la Fundación Pensar, el think tank del PRO, de donde salió «el mejor equipo de los últimos 50 años», además de ser el principal aportante de las campañas electorales del 2015, 2017 y 2019, lo que hace pensar si esos 500 millones de dólares que le prestaron los bancos oficiales no alcanzaron para evitar dejar el tendal a cientos de productores agrarios y presentarse en convocatoria de acreedores y debilitar el balance del Banco Nación y el Provincia.

Vicentin son los dueños del puerto de San Lorenzo en la provincia de Santa Fe, al sur de Rosario, y gracias al diputado nacional Federico Angelini, flamante vicepresidente del PRO secundando a Patricia Bullrich, fue el principal protector en la aduana de Santa Fe.

Así es que gracias al presidente Macri y Angelini, el Lic. Sergio Nardelli consiguió préstamos de bancos oficiales como el Nación y el Provincia, en tanto que el de Santa Fe -que es privado- lo calificaba de deudor incobrable, por lo cual se deberá investigar seriamente a las autoridades del Nación y del Provincia, especialmente a sus directores, porque los cuadros gerenciales de línea se oponían al otorgamiento de esos créditos y además generaron la caída de dos importantes corredores de cereales como BLD y Guardati Torti, que también se convocaron.

Es muy curioso que un gobierno como el de Macri, que se ufanaba de venir del sector privado y denostaba al Estado, usara de él para financiar una compañía privada que fue muy mal manejada y que se quedó con la parte de Sancor de yogurt, flanes y postres, desplazando a la Coca Cola por el pago de 100 millones de dólares provenientes del Nación, cuando Coca Cola se financiaba con sus recursos, en un claro ejemplo de cómo Macri, que desde la actividad privada vivía del Estado, desde el mostrador de presidente mostró lo que siempre fue, es decir, un integrante del capitalismo de amigos.

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