Por Guillermo Cherashny.-

Ayer la opinión pública quedó impactada por los videos que mostró Telenoche sobre la ruta del dinero del kirchner-cristinismo, donde aparecen el hijo de Lázaro Báez, Daniel Pérez Gadín y Adrián Gago contando tres millones de dólares y después arrastrándolo en bolsas muy pesadas. Esta obscena demostración de la corrupción K que ya había denunciado Jorge Lanata en abril del 2013, cuando confesaron Leonardo Fariña y Federico Eláskar como proveniente de Lázaro Báez, el empresario de la construcción santacruceño socio de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, lo que produjo en su momento la apertura de una causa judicial en el fuero federal a cargo del juez Sebastián Casanello y el fiscal Marijuán, quien pidió la declaración indagatoria del empresario, que nunca fue aceptada por este joven juez, que tenía prometido un ascenso a la Cámara Federal, sino que dormía la investigación, cosa que hizo muy bien. Paralelamente a esta causa se abrió otra sobre facturas truchas que Lázaro Báez utilizaba con empresas, fantasmas con sede en Bahía Blanca que teminaron con la detención de Juan Suris. Estas empresas fantasmas fueron descubiertas por la regional Bahía de la AFIP, pero meses después, Ricardo Echegaray, al frente del ente recaudador, cerró esa regional y el asunto quedó en la nada. Pero hubo una denuncia en Comodoro Py contra Echegaray y Báez, que se radicó en el juzgado de Norbero Oyarbide, quien hace dos semanas los sobreseyó a ambos. Y este resolutorio tiene una gran importancia, ya que el delito de lavado de dinero por el cual está imputado Lázaro Báez por el dinero que Fariña le llevaba a Eláskar a la financiera SGI -más conocida como La Rosadita-, para probarse necesita un delito precedente y el origen de ese dinero negro era la sobrefacturación de la obra pública en Santa Cruz, que se le concedía desde planificación a Lázaro Báez. Ese retorno se canalizaba a través de las facturas truchas emitidas por Báez a empresas fantasmas que Oyarbide, al sobreseer a los imputados, impide en cierta forma al juez Casanello, que no tiene ganas de procesar a Báez para que descubra el delito precedente al lavado de dinero, por lo cual sería imprescindible pedir la cosa juzgada írrita al fallo del juez Oyarbide para retomar la investigación sobre Lázaro Báez y la presidente.

Finalmente, el juez federal Sebastián Casanello, quizás por el cambio de gobierno y porque en vez de ascender a camarista está mas cerca del juicio político, citó a declaración indagatoria a Martín Báez, Pérez Gadín padre e hijo y Fabián Rossi, el ex de Ileana Calabró.

Share