Por Guillermo Cherashny.-

Ayer se conoció una solicitada de los laboratorios nacionales, extranjeros y cooperativas donde amenazan no proveer medicamentos al PAMI, institución ahora presidida por Sergio Casinotti, hombre de UPCN pero enemigo de Andrés «Centauro» Rodríguez y alineado con Carlos Quintana, de UPCN de la provincia de Buenos Aires y legislador provincial del PRO.

Es sabido que Carlos Regazzoni, el ex titular del PAMI, fue echado por Mario Quintana, el subjefe de gabinete, por el excesivo gasto en medicamentos, que subió de 2.200 millones por mes en 2016 a 3.000 millones de pesos en 2017. Este ultimo convenio anual firmado por Regazzoni aceleró su caída en desgracia por beneficios muy jugosos para los laboratorios y, según nuestras fuentes, «la industria pagaría el 4% de la facturación anual a las autoridades del PAMI -lo que seria una tradición histórica- y el «distribuidor» sería el hijo de un conocido ministro del general Perón, quien se encargaría de esa entrega de «libros» en nombre de los «cinco grandes del buen humor», es decir, los tres principales laboratorios nacionales y dos extranjeros.

De este modo, el año pasado habrían salido de los laboratorios más de 800 millones de pesos, aunque no podemos asegurar que algún funcionario del PAMI o Presidencia de la Nación lo hayan recibido; pero que salieron, salieron y podrían haber ido a otra parte, o a algunos de los ejecutivos de los laboratorios.

Con el convenio recién denunciado por unos 32.000 millones de pesos, la suma sería de unos 1.300 millones de pesos, aunque no se sabría si ese número se adelanta o es mes por mes. Pero lo cierto es que el gasto del PAMI en medicamentos podría ser bastante menor si la industria no retornara a los funcionarios y encima no hubiera sobreprecios; o sea, se podría ahorra mucho más para los jubilados, porque son los únicos perdedores y los ganadores serían los laboratorios y los funcionarios y los mejicaneadores, si el retorno no llegó al lugar indicado.

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