Por Rodolfo Patricio Florido.-

¿Es posible que se paguen 12 millones y medio de dólares por aviones que no estarían por encima de los 9 millones? Si esto fuese así y dado que la compra sería del orden de los 24 aviones, estaríamos hablando de más de 60 millones de dólares de sobreprecios.

No hace más de una semana una información daba vueltas por el ámbito político. El Presidente estaría esperando que un caso flagrante de corrupción interna le permita mostrar su trasparencia denunciando él mismo al presunto funcionario o funcionarios corruptos. O sea, un caso líder que sirva para mostrar hacia adentro y hacia afuera que hay tolerancia 0 si alguien es descubierto. El caso podría estar tomando forma y el debate que se está abriendo es; si dejar que la presunta corrupción se concrete o relevar al funcionario antes que la oposición y la justicia se ceben mostrando que nadie nada en agua bendita.

Hace poco menos de un mes en una nota intitulada “¿Qué hacemos con la nafta mi General?” (https://www.informadorpublico.com/corrupcion/que-hacemos-con-la-nafta-mi-general) mostrábamos la presunta existencia de un negociado con el combustible para el Ejército y las sospechas que recaían en Walter Ceballos, Secretario de Logística del Ministerio de Defensa. Lo advertimos y las sospechas vuelven a orientarse en la misma dirección… ¿estará solo o es un sistema?

En esa nota, sobre el final señalaba: “En cualquier caso, el tema está empezando a extenderse y deberá ser la política primero o la justicia antes o después la que investigue y dictamine si todos estos rumores, fácilmente verificables por cierto, tienen asidero real o bien es un exceso de celo por temor a recibir material muy caro sin las partidas correspondientes para su mantenimiento y/o reparaciones que pudieran eventualmente necesitar”.

No hubo respuestas. Quizás ensoberbecidos por la presunta primera impunidad, ahora una adquisición multimillonaria comienza a ofrecer indicios de posibles sobreprecios similares sino idénticos a los que existían durante el gobierno kirchnerista.

Dos publicaciones nacionales, una, INFOBAE y la otra la puntana “Edición Abierta” de donde es originario el funcionario radical de CAMBIEMOS, Walter Ceballos, expresan profundas dudas sobre la operación de compra de 24 aviones TC-6 TEXAN II de entrenamiento a la firma estadounidense Beechcraft. El tema transita por dos andariveles. Uno político el otro comercial. No solo hay investigaciones en otros países por los precios del TC-6 TEXAN II sino que hay información (que mostraremos en esta nota) de webs prestigiosas y especializadas que hablan y publican precios muy inferiores por unidad a los que supuestamente pagaría la República Argentina. El otro tema, el político, es que, independientemente del enorme supuesto sobreprecio, lo que supondría una horrible mala praxis o bien corrupción, esto también implicaría el sepultar la tecnología propia desarrollada para la construcción de las nuevas versiones del avión argentino Pampa.

Por un lado, es cierto que el TC-6 TEXAN II fue ofrecido por el Presidente Obama a Mauricio Macri. Lo que también es cierto es los EEUU se quieren desprender de estos aviones tecnológicamente atrasados para la instrucción de sus pilotos de combate. Obviamente y no está mal que así sea, el Gobierno norteamericano quiere desprenderse de su material obsoleto, lo que es absurdo es que la Argentina pague 12 millones y medio de dólares por aviones que en Webs internacionales oscilan entre los 8 y los 9 millones de dólares y que, algunas notas indican que el propio gobierno de los EEUU estaría investigando el porqué los costos del Beechcraft TC-6 TEXAN II se habrían incrementado un 60% siendo que de hecho es tecnológicamente antiguo, entraría en discontinuidad y no presenta innovaciones que justifiquen semejante aumento en dólares en un país cuya inflación alcanza entre el 1 y el 1,2% en doce meses.

En otro plano, si esta operación se concretara, lo que muy probablemente devenga luego en una denuncia judicial y un pedido de informes del poder legislativo al Ministerio de Defensa, implicaría también la virtual destrucción de la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA), convalidando de alguna manera la desastrosa operación de esa fábrica por parte de “La Cámpora” y evitando de alguna manera el seguimiento de las investigaciones que deberían mostrar y concluir que la pasada gestión hizo todo lo necesario para destruir la tecnología nacional en este campo. En otras palabras, unos por corruptos internos e inútiles y los otros por una nueva y muy factible corrupción internacional, coincidirán en la destrucción del potencial nacional para desarrollar siquiera aviones de entrenamiento y / o de apoyo aéreo cercano. Además, destruirán el compromiso del nuevo Presidente de recuperar, reconstruir esta Fábrica y no profundizar la desocupación de los técnicos profesionales.

En paralelo, la web puntana “Edición Abierta”, confirma y amplia lo publicado en Infobae y eso, sin contar aún con los datos económicos de la muy prestigiosa página internacional de Defensa. www.defensa.com

Dicen en “Edición Abierta: http://www.edicionabierta.com.ar/index.php/provinciales/6403-infobae-involucro-a-walter-ceballos-en-sospechas-e-intereses-raros-en-la-compra-de-aviones-compran-karting-para-suplir-f1-con-sobreprecios?style=red

“No son pocos los que creen que la explicación de estos contratos podría estar en los rumores que circulan en el Edificio Libertador sobre las simpatías manifiestas entre el secretario de Logística de la cartera militar, Walter Ceballos, y su reducido equipo de asesores, con los representantes locales de Aermacchi y Beechcraft.”

Mal de muchos consuelo de tontos

Siempre hay algún país que puede pagar aún más que el propio y aunque el precio internacional estuviese en el orden de los 9 millones por unidad, pagar 15 millones como lo habría hecho México. O sea, si salen 9 millones de dólares por unidad ¿Por qué México paga 15 y Argentina paga 12,5? ¿somos nosotros tan buenos que pagamos 2,5 millones por unidad menos que México, pero 3,5 millones más que el precio publicitado en webs especializadas de Defensa?.

Pero lo cierto y concreto, consultando en la muy prestigiosa web española http://www.defensa.com/frontend/defensa/mexico-compra-seis-t-6c-adicionales-para-fuerza-aerea-vn10689-vst340 puede leerse con absoluta precisión que Pilatus ofrecía su PC – 9M a un costo unitario de 5 millones 500 mil dólares mientras que el TC6 TEXAS 2 era ofrecido a 9 millones. Los números tampoco cierran. 24 aviones a 9 millones dan 216 millones de dólares, muy por debajo de los más de 300 que estaría pagando la Argentina y obviamente mucho más aún que los más de 360 millones que pagaría México.

Otra prestigiosa página web, http://t6-texan2.publicidadwebrush.info, indica un precio aún más barato y dice textualmente…: “El proyecto del T-6 a pesar de haber iniciado bien, parece haberse atascado, el Congreso de Estados Unidos ha detenido el desarrollo hasta no investigar el incremento del 60% en el costo”.

En todo caso y finalmente, como se vio y se verá, la eventual compra de los TC-6 TEXAN II de Beechcraft no parece ofrecer la transparencia que el nuevo Gobierno Nacional declama y reclama. Por otra parte, la horrible sino corrupta gestión del Kirchnerismo expresada en la gestión camporista de FADEA no es motivo para desistir del desarrollo tecnológico y la construcción de nuestros y propios aviones de entrenamiento y apoyo aéreo cercano. Y si aún fuese cierto que entre el desarrollo y la concreción hay un gap de tiempo que exige la adquisición de aviones en el extranjero, estos no deberían implicar tan serias dudas sobre su precio final ya que no son pocos dólares los que están en duda sino más de 60 millones, además de una posible explosión política de denuncias de corrupción que puede empezar en un funcionario cuestionado como Walter Ceballos y terminar en el Ministro de Defensa y eso sino termina perjudicando a la Jefatura de Gabinete y / o al propio Presidente de la República si algún periodista de algún medio nacional de alto impacto les preguntara por esta operación.

El Gobierno Nacional debería investigar profundamente y si se comprobara que existen sobreprecios, aunque el delito no se consuma, separar rápidamente a aquel o aquellos funcionarios que lo podrían poner en el mismo escalafón de corrupción que se expresa no querer volver a recorrer.

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