Por Guillermo Cherashny.-

En la compra de la empresa ODS de los hermanos Calcaterra por parte de Marcelo Mindlin, dueño de Edenor y Pampa, el comprador echó al CEO de IECSA, Javier Sánchez Caballero, y en su lugar asumió Damián Mindlin, el hermano del comprador, y como Sánchez Caballero aparece en cinco mails de la Policía Federal de Brasil recibiendo 20 millones de dólares de Odebrecht en junio de 2010, cuando estalle el escándalo se dirá que fue un gerente infiel y que los Calcaterra no sabían nada.

Los otros dos implicados, Juan Pablo Schiavi, Secretario de Transporte en junio de 2010, ya está condenado por la tragedia de Once, y Daniel Chaín, Ministro de Obras Públicas de la CABA en esa época, fue echado de este gobierno en diciembre pasado.

Los tres fueron los responsables directos de la concesión de las obras del soterramiento del Sarmiento, adjudicado por CFK en enero del 2009.

Obviamente están implicados Cristina y De Vido -y quizás José López- pero sobre ellos tres, una mancha más al tigre no le hace nada.

La expulsión de Sánchez Caballero -con más de 18 años en IESA- al venderse la empresa se diferencia de la compra de Macair Jet, donde el dueño de Avianca, Germán Efromovich, no echó al CEO de Macair, Carlos Colunga, que ahora es el nuevo presidente de la nueva compañía Avian S. A., por lo cual el macrismo utiliza el doble standard: a saber, en la venta de IECSA vuela el CEO por su relación con Odebrecht; en cambio, en Avian queda Colunga por su «experiencia» y no por su relación de años con Franco y Mauricio Macri, sus hermanos, sobrinos e hijos del primer matrimonio del presidente. ¿No es contradictorio?

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