Por Guillermo Cherashny.-

En la edición del día de ayer, el matutino «La Nación» hace un radiograma perfecto de los últimos jueces federales designados por Cristina en 2011/12 a saber: Martínez De Georgi, Ramos, Rodríguez y Casanello, pero no dice que este último estaba junto a los otros tres sobre los cuales registra sus antecedentes en la justicia de Comodoro Py. Esos magistrados que cajonearon causas como los anteriores no fueron impuestos sólo por la mayoría K sino que contaron con un voto del PRO como fue el jurista Alejandro Fargosi, quien le ganó una elección en la Capital al Colegio Público de Jorge Risso, ahora estrecho aliado del PRO, que ganará en los próximos días y será presidente con Daniel Angelici de vice en una amplia coalición política.

En realidad, Vanosi simpatizaba con el PRO y ese espacio político le pidió que vote a los cuatro citados y el ahora ex presidente Federico Pinedo declaró: “votamos tres malos para que salga uno bueno”, que no era otro que Sebastián Casanello, quien ocuparía una subrogancia de Norberto Oyarbide y tenía la causa armada por los K contra Macri por las supuestas escuchas en un armado escandaloso con el entonces Jefe de Gobierno de la Capital, y era lógico que el PRO votara a un juez que termine con esa farsa armada y tolere tres dudosos por ser generosos.

Pero Casanello, cuando Lanata denunció la ruta del dinero K y complicó a Báez, nunca supo que la UTE Austral Construcciones junto a IECSA, la empresa familiar Macri-Calcaterra y una empresa china que había ganado la licitación de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz deberían ceder, por ese escándalo, ese negocio de varios miles de millones de dólares a Electroingeniería, con otra empresa china.

Casanello procesó a Elaskar y Fariña diciendo que lavaban dinero ilícito de Juan Suris y descartó que Lázaro Báez fuera el dueño de ese dinero que pasó por el estudio panameño Mosack-Fonseca tuviera que ver con esa causa hasta que sobreseyó a Báez en la compra del campo que Fariña hizo en nombre del santacruceño en la provincia de Mendoza. Pero el video de La Rosadita de repente le hizo cambiar de idea y los citó a Martín y Lázaro Báez para dentro de un mes pero el vienes pasado Casación, con los jueces Germiniani, Hornos y Borinsky contra la opinión de Casanello y el fiscal De Luca de Justicia Legítima decidieron unificar la causa que tiene Fariña en La Plata con la que tiene con Casanello y, como si esto fuera poco, ordenó al citado juez a apurar el trámite que hizo de inmediato al citar a los Báez para esta semana.

Con el destape de Panama papers se supo que una sociedad de la familia Macri registró una sociedad en Mosack-Fonseca y Néstor Grindetti, Ministro de Hacienda de la Ciudad durante ocho años, también tenía otra sociedad. Lo malo de todo esto que nos enteramos por una investigación originada en el extranjero y no por Casanello, que no investigó Mosack-Fonseca, donde Báez movilizó muchos fondos. De todas formas, la Presidencia de la Nación confirmó la información y dio sensatas declaraciones: que el entonces Jefe de Gobierno no tenía obligación de declarar esa sociedad donde era sólo director, y no accionista, y que integrarla no es ningún delito. Muy diferente al gobierno de Cristina, que culposamente se hacía el distraído ante informaciones del exterior.

Como conclusión, no sólo los Kirchner-cristinistas conocían a Báez sino también los hermanos Calcaterra, que fueron sus socios.

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