Por Guillermo Tiscornia.-

“-¿Cuál es su reflexión sobre los hechos relacionados a la FIFA?”

“-No voy a entrar en ese tema porque no lo hice antes que sucediera. No me siento capacitado para dictar cátedra sobre estas cosas. Me quedo con la acusación, que fue pública y habló que la actividad era rampante, sistémica y arraigada. A mí me quedó mucho eso. Rampante viene de la imagen del león rampante, que aparece en los escudos, que está con el brazo estirado y la garra abierta. Por derivación, asimila el concepto de trepador, es alguien que busca la vuelta para encontrar cualquier camino para lograr lo que quiere. Además esta simbolizado como una garra que está hacia adelante y agarra lo que puede. Tiene que ver con la codicia y la desmesura. Sistémica porque se aprovechó un sistema para desarrollar esa actividad: la FIFA. Y arraigada porque viene sucediendo de hace mucho tiempo. Lo que me queda a mí que tiene que venir a futuro es que los controles que no hubo exista y también que aparezcan los liderazgos dentro de la FIFA que lleven a cabo esos controles. Las demás

consideraciones pertenecen al ámbito de la política deportiva, el interés que tiene uno es que se haga una cosa limpia y controlada que favorezca lo que sirva para el desarrollo del fútbol. Muchas veces se combinan con intereses políticos. Sé que existen y me cuido mucho de no opinar. Me mantengo en la misma tesitura que tuve antes. Resulta que ahora me entero que todos sabíamos lo que pasaba, no es solo alguien de adentro de la FIFA.”

Estas contundentes definiciones acompañadas de rigor objetivo, y despojadas de todo atisbo eufemístico, que el Maestro Tabárez formuló ante un reportaje concedido al diario El País de Montevideo, marcan la incontrovertible honestidad y probada hombría de bien de un hombre de fútbol que además adjunta a su actividad profesional en el deporte sus irrenunciables convicciones; ello quedó cabalmente demostrado cuando en pleno desarrollo de la Copa del Mundo disputada en Brasil en 2014 el Maestro Tabárez renunció públicamente a los cargos honoríficos que desempeñaba en la FIFA; en dicha ocasión -con absoluta mesura- el Maestro Oscar Washington Tabárez anunció esa decisión al no compartir los criterios y las metodologías aplicadas por el ente rector del fútbol mundial (en clara referencia a la fraudulenta decisión de la FIFA de privar a la selección uruguaya de su mejor figura -Luis Suárez- y así restarle poderío en la ofensiva), tal como quedó evidenciado en el desarrollo de ese torneo mundial.

Quedó más que demostrado, entonces, que el señor Tabárez desarrolla su actividad profesional haciendo especial hincapié en la formación en valores respecto de todos y cada uno de los jugadores que integran las plantillas de de las selecciones uruguayas ( la mayor y las juveniles).

Está acreditado además que el señor Tabárez contribuye a introducir criterios de humanización en un fútbol mundialmente mercantilizado, robotizado, donde los actores involucrados han abandonado y desde hace tiempo ya esos valores tan esenciales a la dignidad del ser humano.

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